Violinista inesperada

Los hechos publicados en varios medios, tomaban como fuente a la Policía Municipal de Madrid, que informaba haber capturado en un piso del barrio de Puente de Vallecas, tras una llamada del hombre que vive en la casa, nada menos que una araña en su cuarto de baño.

Pero claro, la noticia está en que no se trataba de una araña cualquiera, sino de la peligrosa araña violinista.

El ejemplar fue llevado en principio al Centro de Recuperación Animal que la Comunidad de Madrid tiene en el municipio de Tres Cantos, pero al parecer los trabajadores del centro, dada la peligrosidad del animal, no quisieron hacerse cargo, por lo que finalmente los policías optaron por llevar el ejemplar, que seguía vivo, al conocido parque temático de Faunia, donde sus especialistas han acogido en principio a la araña.

Lo raro de esta noticia está sobre todo en que la araña violinista es originaria de Norteamérica, no encontrándose en nuestro país, por lo que han surgido toda clase de especulaciones para explicar cómo habrá aparecido en un cuarto de baño de Vallecas.

Algunos amigos me han consultado sobre este tema, por lo que aprovecho esta entrada para contestarles y humildemente hacer algunas consideraciones sobre el particular.

En primer lugar yo iría al inicio de la noticia. Es decir, hablamos de que un hombre llama a la policía porque encuentra una araña en su cuarto de baño. La verdad, no es por criticar, pero no parece un motivo sobrado para hacer personarse en tu casa con urgencia a los agentes de la ley, teniendo en cuenta también que esta tampoco es precisamente ni de lejos, la araña más grande que te puedas echar a la cara (lo que no le quita un ápice de peligrosidad).

Quiero decir que la mayoría, o bien procuraríamos espantar, o eliminar según cada uno, al arácnido por nuestros propios medios, o como mucho avisaríamos a nuestro padre, madre, hermano, o vecino, por decir algo, para que nos ayude en la tarea si nos dieran aprensión las arañas, pero tanto como llamar a la policía…

A no ser, que tú supieras qué araña concreta era esa que tení­as ahí­ y por tanto conocieras su peligrosidad y prefirieras no acercarte a ella y entonces sí­, avisar a las autoridades.

De esta forma podría explicarse de paso cómo apareció dicha araña allí­, pues es una de las teorías que se manejan, la del coleccionista al que se le hubiera escapado, aunque en ese caso la cadena de acontecimientos podría señalar al propio autor de la llamada, cosa que tampoco se ha determinado todavía.

También en cierto que este tipo de arañas no son especialmente habituales entre los coleccionistas de arácnidos, pero bueno, de alguna manera tendría que haber llegado a Madrid, aunque eso por ahora sigue siendo un misterio.

Pero, también se pueden hacer consideraciones interesantes sobre la noticia teniendo en cuenta los aspectos puramente zoológicos.

Veamos; el género Loxosceles, es un género de arácnidos que engloba especies potencialmente peligrosas, si bien en diversa escala.

Suelen tener el mismo aspecto general, con un color pardo o marrón, patas largas y cuerpo alargado. Una de sus principales características, si bien reconozco que no la veréis como fácilmente distinguible, es que a diferencia de la mayoría de las arañas que poseen ocho ojos, las loxosceles tienen seis, distribuidos en tres grupos de dos.

Pero sin duda su característica más identificativa es una marca que poseen en el cefalotórax en forma de violín invertido, más o menos marcado según las especies o los ejemplares, pero en general bien visible, de ahí­ el nombre genérico de araña violinista.

Todas las especies tienen un veneno de efecto necrótico que puede llegar a ser realmente peligroso, si bien su toxicidad varía en función de la especie concreta de que se trate.

De hecho hay un  término médico específico, el loxocelismo, para definir la sintomatología típica del envenenamiento por la mordedura de este género de arácnidos.

Volvamos ahora a la notica. En todos los medios que he consultado, pues han sido varios los que se han hecho eco del suceso, especialmente digitales, los textos parece que identifican a la araña con la más peligrosa de todas, la norteamericana, sin embargo, citan a otra y obvian algún punto.

Me explico. Uno de los detalles importantes que ninguno de estos medios cita, es que aquí­, en España, vive como autóctona una de las especies del género, se trata de la araña marrón de los rincones, la Loxosceles Rufenses.

Por fisonomía, esta araña podría pasar perfectamente por su prima americana, sin embargo, presenta dos diferencias importantes, en primer lugar es un habitante natural de nuestro paí­s y en segundo lugar, su veneno, a pesar de ser potente, no lo es tanto para los seres humanos y su peligrosidad para nosotros es mucho menor (quitando como siempre en estos casos, temas de reacciones alérgicas, claro).

De la información publicada no queda claro que se haya establecido con rotundidad la identidad del ejemplar hallado, así­ que no habría que descartar que se trate simplemente de la especie española y no haya tal misterio.

Por otro lado, en alguno de los medios que he visto van más allá y queriendo dar una información más amplia, citan el nombre científico de la especie peligrosa. Sin embargo no están del todo acertados, pues citan a la Loxosceles Laeta.

Esta araña es también muy similar en aspecto a todas las del género, pero sube un par de escalones en peligrosidad por la potencia de su veneno. Ya hablamos de una especie que  no vive naturalmente en España, siendo americana, sí­, pero especialmente de la zona sur de América, sobre todo Chile y Argentina.

Ahora bien, la especie que ha adquirido una bien merecida fama por su innegable peligrosidad y que sin duda ocupa el número uno en su género no es la anterior, sino su pariente norteamericana.

Conocida generalmente como la Reclusa parda (Brown recluse), la Loxosceles Reclusa, es sin duda realmente peligrosa, estando considerada como una de las arañas más letales del mundo por la toxicidad de su veneno.

Distribuida principalmente por el medio este estadounidense, no son raros los conflictos con los humanos por su costumbre de buscar refugio en las casas, incluso dentro de la ropa o el calzado, durante el día, pues es de hábitos nocturnos. Si se ve en peligro o acosada no duda en atacar, pudiendo morder varias veces en el mismo ataque.

Es con esta especie con la que sin duda todos los reporteros han tratado de identificar a la araña vallecana, aunque no lo han hecho con toda la claridad posible, desde mi punto de vista.

Junto a estas líneas podéis ver una comparativa de los «violines» de la araña norteamericana y de la española, la primera arriba y la segunda abajo, en donde se ve que el dibujo de esta última tiene unos perfiles más rectilíneos, siendo el primero más anguloso y curvo. Aunque claro, hay que estar muy, muy cerca para apreciar estos detalles, cosa tampoco recomendable.

Si tenemos en cuenta que la araña norteamericana ha provocado muertes de seres humanos, entenderemos que no se trata de cualquier cosa. Ya como poco, su mordedura suele causar tremendas heridas necróticas que la mayoría de las veces precisan reconstrucción quirúrgica.

Tampoco voy a explayarme mucho en el asunto, pero para los más osados, basta con que en cualquier buscador tecleéis «Brown Recluse Bite» (Mordedura de Reclusa Parda) y encontrareis imágenes que os pondrán los pelos de punta.

Aprovecho para recordar que las arañas «muerden», no «pican» y lo que producen son mordeduras, no picaduras, puesto que no nos clavan ningún aguijón, sino sus quelíceros, que vienen a ser sus colmillos.

Volviendo al caso y para para recapitular, de las fotos que colgó la Policía Municipal no se puede deducir bien la especie concreta, únicamente y como curiosidad, se distingue que es un macho, pues se le ven bien los pedipalpos delanteros, que son esas pequeñas «mazas» que posee delante de la cabeza y le sirven para la reproducción.