Un cuadro sorprendente
La historia del arte y más concretamente de la pintura, está repleta de grandes obras que han enamorado a incontables generaciones a través de los tiempos.
Pero lo que no todos conocen, es que muchas de esas pinturas tan admiradas esconden misterios que en ocasiones han tenido en vilo a los especialistas durante décadas.
El gran Javier Sierra ya nos habla de muchos de ellos en sus libros, mas como siempre yo me quiero centrar en un caso concreto en el que los animales son protagonistas y lo son precisamente por aparecer cuando no debían hacerlo.
Pieter Brueghel, “El viejo”, Iniciador de su dinastía familiar y de ahí su apodo, fue sin duda uno de los pintores holandeses más importantes del siglo XVI.
Junto a Jan Van Eyck, Rubens y por supuesto El Bosco, da forma al cuarteto considerado el de los cuatro grandes de la pintura holandesa flamenca del renacimiento.
Se conservan en el mundo menos de 50 obras suyas consideradas originales, pero su estilo queda patente en ellas. Representaba a menudo escenas bíblicas y alegóricas con grandes grupos de personas, muy al estilo de El Bosco, uno de sus grandes inspiradores.
Como en otras ocasiones, no voy ahora a hacer un detallado análisis artístico o biográfico del pintor, para pasar a centrarme en la obra concreta que nos interesa.
Se trata de un cuadro de 34 X 55 centímetros, pintado en 1562, llamado “El Suicidio de Saúl”, que actualmente se expone en el vienés Museo Kunsthistorisches.
Como sucede en otros cuadros renacentistas, la pintura refleja no un momento temporal único y concreto, sino varios a modo de historia, para centrarse al final, eso sí, en un único detalle.
Nos cuenta trasladados de la Biblia, los acontecimientos que dieron lugar a la caída y muerte de Saúl, el primer rey hebreo.
Tras la batalla contra las tropas filisteas, a las que se las ve llegando primero al fondo y luego batallando en primer plano, Saúl sería derrotado en toda regla a pesar de esperar el favor divino, que no llegó.
Ante esa situación, el rey se acabaría suicidando con su propia espada. Ese es el detalle principal alrededor del que gira toda la obra, que explica cómo se llega a ese momento.
Es la escena que puede apreciarse en esa especie de cerrillo que la hace destacar justo abajo a la izquierda en primer plano, como si el autor quisiera contar la historia llevando al observador desde el inicio al fondo para ir avanzando a la batalla y llegar finalmente al momento del suicidio, que se presenta como el más cercano al espectador.
Hasta aquí, parece todo normal. Una obra maestra del Renacimiento contada con todo detalle y precisión. Sin embargo, no hace tanto que algún avispado con muy buen ojo descubrió algo del todo inusual apenas visible en el fondo de la obra.
Si nos quedamos con la primera impresión, una vez convenientemente guiados para saber qué mirar, no podremos por menos que pensar que estamos viendo dinosaurios entre las tropas que marchan al combate.
En efecto, si hacemos una ampliación se diría que tres grandes saurópodos con sus inconfundibles largos cuellos, son empleados como animales de carga, contando incluso con sus respectivos jinetes.
Quitando lo ya de por sí extraño de la escena, inevitablemente surge la pregunta de cómo demonios podía el pintor saber de la existencia de tales animales, teniendo en cuenta que el primer fósil conocido de dinosaurio, un fémur de megalosaurio, se halló en Inglaterra en 1676.
Por supuesto, desde que se conoció este misterioso hecho han aparecido mil y una explicaciones y la imaginación de la gente se ha disparado.
Al no ser muy visibles las largas colas características de estos dinosaurios, se ha hablado de que en realidad Brueghel, quería representar camellos, animales que sí pudieran perfectamente cuadrar con la época y zona representadas y los acabara esbozando sin demasiado detalle como actores secundarios.
Sí es cierto que a partir de la época medieval, se pueden encontrar representaciones de camellos y que no siempre son igual de fidedignas, pues era normal que no todos los autores tuvieran acceso a descripciones anatómicas precisas de animales exóticos.
Pero quizá ya en el siglo XVI, pudiera haber algo más de información. Por ejemplo y volviendo a El Bosco, al que precisamente ya dediqué una entrada, si acudimos de nuevo a El Jardín de las Delicias, podemos encontrar un camello representado con bastante detalle, curiosamente con dos cigüeñas blancas al lado, animales pintados todos con gran precisión, tal como los que citaba en esa entrada anterior (https://www.misterioanimal.com/el-bosco-y-las-aves/).
A lo que voy, es que puestos a ver cómo era un camello, Brueghel tenía una referencia bastante cercana para no tener que divagar. Por lo demás y teniendo en cuenta lo cuidado del resto del cuadro, se antoja raro que pintara camellos con tal desdén.
Otra interpretación es que se tratara de jirafas. No sería imposible pues no era un animal desconocido en Europa, toda vez que ya Julio César en el año 46 aC, fue el primero en traer un ejemplar desde Alejandría.
No obstante, no hay referencias históricas de que los filisteos pudieran haber domesticado jirafas para usarlas como animal de apoyo, por lo que se antoja de nuevo un poco raro que el pintor decidiera incorporarlas por su cuenta a la historia.
Aunque claro, si eso es así referido a una jirafa, qué no decir referido a un dinosaurio. En este caso sí que resulta aparentemente imposible que los filisteos los aprovechasen y que en la Holanda del siglo XVI, se conocieran esos imponentes animales.
Por ello no podemos menos de preguntarnos qué quiso representar realmente el pintor. ¿Era pura imaginación? ¿Era una alegoría? ¿Era algo secundario para la historia y por eso simplemente lo esbozó como para no darle importancia? ¿Tenía algún conocimiento que superaba a los nuestros actuales?
Podríamos seguir preguntándonos pues no pararán de surgirnos nuevas dudas, pero lo único cierto es que ese cuadro está ahí y que objetivamente todavía no somos capaces de poder decir con seguridad qué quiso pintar y pintó Peter Brueghel El viejo, o qué enigmático mensaje nos quiso dejar.
Etiquetas: Criptozoología • Monstruos • Reptiles
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