Igual que en las contiendas bélicas existe el llamado “fuego amigo”, con consecuencias generalmente funestas, se podría decir que a veces los fenómenos extraños pueden verse afectados de un efecto similar.

De entrada siempre pensaremos que su causa viene desde el terreno de lo más puramente desconocido, pero en ocasiones podemos estar equivocados.

No me refiero aquí a aquellos casos que poseen una explicación física o científica, bien establecida y localizable, sino a otros que puedan sernos más cercanos.

Por ejemplo, seguramente la mayoría de las personas que tengan mascotas, sobre todo, gatos y perros, entenderán a qué me refiero.

Apuesto a que casi todos se habrán sobresaltado en alguna nocturna ocasión al oír ruidos inesperados, o encontrar objetos que aparentemente se han desplazado solos. Tras el correspondiente susto, habrán terminado cayendo en la cuenta de pensar que su adorado compañero animal es el causante.

Y lo cierto es que son perfectamente capaces de realizar diversas travesuras, especialmente los habilidosos gatos, que pueden llevar a sugerirnos la intervención de presencias extrañas.

Es otra posibilidad más de las no pocas que hay que intentar descartar, como hablaba hace poco en cuanto al efecto de las pareidolias, cuando vamos a investigar algún caso que llame nuestra atención.

Para ilustrar este aspecto, me vais a permitir que en esta ocasión recurra también un poco al humor, que nunca está de más, utilizando al final un vídeo publicado hace unos años, de unos gatos muy conocidos: Cole y Marmalade.

Estos simpáticos animalitos cuentan con casi un millón y medio de seguidores en su canal y por supuesto se les puede ver haciendo todo tipo de gracias, pero en el vídeo concreto del que os hablo, su dueño quiso hacer con ellos una divertida parodia de la conocida saga de películas de terror, “Paranormal Activity”.

Gracias a una cámara con visión nocturna, podemos así verlos como si fuera una entrega más de la serie, observando su incesante actividad, que a buen seguro podría dar lugar a variados fenómenos aparentemente extraños, si no hemos visto esas imágenes.

Seguro que después de disfrutar de las entretenidas imágenes, entenderéis perfectamente a qué me he querido referir a lo largo de la entrada.

Como siempre digo, esto en modo alguno significa que nuestros amigos animales no sean protagonistas de verdaderos fenómenos paranormales, como tantas veces hemos visto ya en MISTERIO ANIMAL, sino que debemos siempre intentar agotar las vías simples antes de llegar a considerar lo esencialmente desconocido.

Claro que eso no quita para que algunos (o muchos) de los que os sentisteis identificados con aquellos sobresaltos nocturnos del principio, todavía tengáis el gusanillo en la cabeza de pensar ¿Y si…?

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