Rey de las ratas
Hay historias que comienzan como leyendas aunque luego determinados hechos vienen a convertirlas en algo mucho más presente.
La que hoy os cuento tiene su origen, al parecer, dentro del imaginario popular alemán del siglo XVI.
Se relaciona con un animal que desde luego no se puede decir que ocupe una alta posición en el escalafón de simpatías generales, pues se trata ni más ni menos que de la rata y de algo que los alemanes denominaban el Rattenkönig.
¿Y que describía esta palabra? Pues nos habla de “El rey de las ratas”. En su origen, las leyendas contaban que se trataba de un extraño ente conformado por un número indeterminado de ratas que entrelazaban sus colas entre sí de manera voluntaria, sin poder separarlas ya, constituyendo una especie de soporte o trono sobre el que se instalaba el individuo que sería el rey.
Daban forma de este modo a una suerte de mega organismo que funcionaba como uno sólo, estando las ratas enlazadas encargadas de proporcionarle todos los cuidados y servicios al rey, que no abandonaba su trono, convirtiéndose en algo parecido a una hormiga reina, sin las puestas de huevos, eso sí, puesto que se trataba siempre de un macho.
En aquellos siglos, se consideraba que cuando algo así sucedía era sin duda debido a la intervención de fuerzas malignas y por tanto cuando se observaba algún rey de las ratas en cualquier localidad, se le asociaba de inmediato con desgracias venideras para todos.
Aparentemente una leyenda más sin fundamento, lo curioso es que a lo largo de la historia se comenzaron a documentar casos de apariciones de este tipo de mega organismos y además con el tiempo no únicamente en Alemania, sino también en otros países europeos.
Curiosamente no es un suceso que parezca haber tenido lugar en otros continentes, pues no se encuentran relatos históricos del mismo tipo por otras zonas geográficas.
Es interesante destacar que además parece que estos casos afectaban más a una especie concreta de rata, la rata negra (Rattus Rattus) y que entraron en retroceso a medida que la rata gris europea (Ratus Norvegicus) fue desplazando a la anterior.
Se pensaba que la mayor longitud de la cola en las primeras facilitaba que se produjera el fenómeno, no obstante lo cual, también las ratas grises han protagonizado algún fenómeno de ese tipo.
Y digo han protagonizado, porque lo cierto es que aunque por lo explicado hasta el momento cualquiera pudiera pensar en la descripción de una broma, lo alucinante es que en el transcurso de los siglos, se han observado realmente un número considerable de supuestos mega seres ratunos.
Se ha tenido noticia de diversos reyes de las ratas encontrados en varias partes de Europa, habiendo incluso algunos por ejemplo, que se conservan en museos.
Si hablamos de los dos más conocidos, podemos citar en primer lugar el que se encuentra en el Museo Natural de Nantes, formado por nueve ejemplares. Y quizá el más famoso sea el que se conserva en el museo Mauritianum de la población alemana de Altenburg, que cuenta nada menos que con treinta y dos ejemplares entrelazados y que fue hallado en 1828 dentro de la chimenea de un molino.
Aunque con el paso del tiempo, especialmente a partir de finales del siglo XVIII, los casos reportados fueron desapareciendo y las referencias en el folklore local también, podemos encontrar algunas observaciones en época más reciente y que tuvieron su resonancia informativa.
Por ejemplo, así ocurrió en la localidad estonia de Rõika, cuando un invierno indeterminado, al parecer especialmente frío, en la década de los treinta del pasado siglo XX, fue hallado entre las paredes de un viejo establo un rey de las ratas compuesto por dieciocho ratas que todavía estaban vivas, aunque fueron matadas y después expuestas de tal forma que la práctica totalidad del pueblo pudo contemplarlas.
O también en 1963, en un pueblo holandés en el que un agricultor de nombre Pieter van Nijnatten, se acercó a observar qué producía unos agudos chillidos en su plantación, encontrando un rey de las ratas formado por siete ejemplares, al remover la vegetación. También mató a los animales, pero además los llevó a un veterinario que los examino por rayos X descubriendo que las colas tenían fracturas y callos, lo que evidenciaba que llevaban mucho tiempo así enlazadas.
Y el que hasta la fecha es el último caso dado a conocer tuvo lugar también en Estonia. En este caso en la localidad de Saru, dentro del condado de Võru. Allí, el 16 de enero de 2005, otro agricultor encontró un rey de las ratas con dieciséis ejemplares de los que en el momento del hallazgo nueve permanecían con vida. Estaban fuertemente anudadas entre sí y se refugiaban en una especie de madriguera en el suelo arenoso del cobertizo.
Como vemos, este fenómeno trasciende ya de una pura leyenda para convertirse en algo más mundano, lo que no impide que haya sido algo envuelto en supersticiones y en un halo de misterio, llegando a inspirar incluso a famosos autores como Pyotr Ilyich Tchaikovsky, que hizo aparecer un personaje basado en el rey de las ratas dentro de su ballet “El Cascanueces”.
También es cierto que ha habido algunos burdos intentos por realizar falsificaciones de estos reyes de las ratas, pero han sido desenmascaradas sin muchas dificultades pues presentaban características de su artificialidad y por curioso que parezca no es este un fenómeno fácil de reproducir manualmente y menos con ratas vivas.
En cuanto las causas más probables, se han barajado algunas como el poco espacio en las guaridas o la suciedad ambiental que unida a saliva, o sangre de pequeñas heridas, puede hacer que las colas se enreden y se peguen entre sí. Por supuesto, se considera que el carácter voluntario de tal unión entraría ya en el marco de la leyenda.
Las ratas así unidas siguen en principio con vida y parecen poder organizarse en cierto modo hasta el punto de ser capaces de desplazarse, si bien con las lógicas dificultades, a la vez que se alimentan unas y otras.
Se ha llegado a pensar incluso que otros miembros de la colonia les ayudan a alimentarse poniendo comida a su alcance y en cuanto a ese supuesto rey que se instalaría en el trono formado por las colas entrelazadas y que sería el centro de la nueva criatura múltiple, su existencia sigue entrando más en la parte puramente misteriosa y sobrenatural del fenómeno, que todavía pervive y se mantiene.
Para finalizar puedo contaros una última rareza derivada del tema tratado y es que hace no demasiado, en una zona boscosa canadiense, un trabajador forestal encontró, no un rey de las ratas, sino ¡un rey de las ardillas!
El hombre estaba revisando un camino cuando se topó con seis ardillas entrelazadas por las colas. Todas estaban con vida, pero era evidente que no podían soltarse, por lo que decidió intervenir. Se acercó con cuidado y les arrojó una manta por encima consiguiendo atraparlas.
Las llevó a la cercana población de Regina, capital de la provincia sureña canadiense de Saskatchewan, en donde sabía había una clínica veterinaria. Allí los médicos se pusieron manos a la obra y tras una laboriosa y cuidadosa tarea, que incluyó un buen pelado de las colas, lograron separar a los seis simpáticos roedores, que posteriormente fueron devueltos al bosque. Las fotos que rodean estas líneas son de esa intervención.
En este caso se pensó que una acumulación de resina de los árboles circundantes, hizo que al contacto las colas de las ardillas se fueran pegando entre sí. Hasta la fecha es el único rey conocido no formado por ratas y desde luego es una curiosa excepción.
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