Lobos.Ya que en la entrada anterior hablábamos de leyendas de los indios americanos, voy a continuar por esa senda y os contaré hoy algunas cosas que también tienen su origen en aquellos pueblos.

Es una historia que tiene que ver con un animal que sin duda era uno de los totémicos por antonomasia, tanto para ellos como para otras civilizaciones de la antigüedad y que todavía hoy en día levanta las más encendidas controversias y sigue estando incrustado en nuestro inconsciente colectivo.

Hablo del imponente lobo, cánido que nada más con nombrarlo nos trae a la cabeza recuerdos escondidos en lo más remoto de nuestro sentimiento humano desde la noche de los tiempos, cuando empezamos nuestra convivencia, siempre complicada, con tan formidable animal.

Pero como os decía, en este caso no vamos a entrar en polémicas sino a conocer de qué forma los antiguos nativos americanos valoraban y respetaban a su vecino, hasta el punto de hacerlo el nodo troncal de una parte importante de sus rituales de curación y sanación, destinada más a nuestro interior que al propio cuerpo físico. Hablo de la conocida como “Medicina de lobo”.

Medicina de lobo.Para ellos era aquella dedicada al espíritu, a nuestra propia alma y era así llamada porque se basaba en la atenta observación de los lobos y su comportamiento y su traslación a las personas como enseñanzas de ayuda, pues pensaban que imitar a los lobos es un camino idóneo para crecer madurando, resarcir las heridas y ser capaces de continuar nuestro camino vital aunque tengamos que combatir las adversidades.

Como otros pueblos de la antigüedad, los nativos americanos estaban perfectamente integrados en su medio natural y eran profundos conocedores del mismo y de las criaturas que les acompañaban en su devenir diario.

Para ellos, un animal tan formidable como el lobo no pudo pasar desapercibido y como tal le observaron y estudiaron a conciencia. Sus jerarquías, su estructura social, sus facultades, tales como como el trabajo en equipo, el sigilo, la audacia, sus finos olfato y oído, incluso su capacidad de comunicación en la que destaca su inconfundible aullido, hicieron que los indios les guardaran una gran estima y un tremendo respeto, otorgándoles poderes que iban más allá de los puramente animales.

Qué duda cabe de que para los indios el lobo era uno de los animales más determinantes de su entorno y por ello le veneraban de una manera mística, considerándolo siempre como maestro o señalador de caminos, además de poderoso símbolo protector. En la costa noroeste de Norteamérica, por ejemplo,  era venerado como poderoso Espíritu Animal que concede al chamán potencia sobrenatural.

Lobos aullando.El lobo transmite energía con su mera presencia, a través de su mirada y de su aullido. Esa vibración energética nos manifiesta los dones y cualidades de este extraordinario Animal. Maestro de maestros, domina el arte de enseñar y el de aprender. Es un clarividente que tiene la facultad de ver en la oscuridad y también un feroz guerrero capaz de moverse entre los mundos invisibles como conductor y protector de las almas.

Hasta en las propias estrellas podemos ver muestras de ese respeto, porque para muchas de las tribus, la considerada como la morada de los antiguos, Sirio, está representada por el lobo. Es el lobo celestial que protege el palacio celestial, que no es otro que la Osa Mayor.

Los nativos piensan que hay determinados momentos de la vida en los que el espíritu del lobo se convierte en nuestro aliado. Es en esas circunstancias cuando puede emerger esa faceta valiente, leal, generosa y libre que hay dentro de todos nosotros. Así es el propio espíritu del cánido, por eso se presenta como aliado en aquellos momentos en que nos encontramos en encrucijadas determinantes.

La medicina de lobo tiene que ver con cultivar, cuidar y permitir que emerja esa fuerza indomable que está en nuestro interior y que el animal nos inspira a liberar.

Para ello, según dicha medicina, es fundamental que dediquemos un tiempo a observarnos sincera y objetivamente, tratando de vernos como espectadores externos de nuestro propio actuar. Sin juzgarnos, pero sí intentando ver cuáles son esos elementos o sentimientos que representan obstáculos y que, en nuestro estado habitual nos pasan desapercibidos.

¿Qué es lo que tiene prisionero nuestro espíritu? ¿Qué nos limita? ¿Miedos? ¿Obligaciones? ¿Malas experiencias en el pasado? ¿Restricciones sociales o culturales?

Antigua medicina.Debemos hacernos estos y similares planteamientos y luego acordarnos del lobo, que será nuestro guía. Pues para los indios todos llevamos algo del lobo dentro de nosotros y hay momentos de la vida en donde ese espíritu valiente, sagaz y prudente debe despertar. En eso como digo, consiste la medicina de lobo, en acudir y llamar a esa fuerza interior para que nos proporcione capacidad para enfrentar y superar los retos vitales.

Esta medicina es sobre todo una manera de reencontrarnos con la fuerza que está en nuestra esencia y como cauce proporciona una gran importancia al mundo de los sueños, ya que según la tradición, la principal vía para despertar al lobo que llevamos dentro es permanecer muy atentos a nuestros sueños. El potencial oculto de cada uno de nosotros se manifiesta con mayor claridad a través de los sueños y por eso interpretar y comprender ese mundo onírico es fundamental para conocernos mejor y recuperar el valor de espíritu.

Y después, una vez que tuviéramos más presentes nuestras capacidades, lo que viene después es simplemente actuar. Si deseamos hacer algo, no tenemos por qué esperar a que las circunstancias sean las más propicias o a que se nos faciliten las cosas. Hoy, ahora, podemos comenzar a perseguir eso que deseamos, e ir tras ello con determinación, generosidad y lealtad. Según la tradición de esta medicina, adoptando con fe esa actitud, el espíritu del gran cánido se nos hará presente y nos guiará y acompañará.

Lobos y Luna.La medicina de lobo incluye el poder de enfrentarte a tu propia trayectoria vital con dignidad y valentía. El fortalecimiento del Espíritu, la guía en los sueños y meditaciones, el instinto ligado directamente a la inteligencia, la constancia, la habilidad de pasar desapercibido, los buenos valores sociales o familiares, la destreza de protegerse a sí mismo y también a su familia o la habilidad para comunicarse, son refuerzos fundamentales que todos podríamos conseguir siguiendo las antiguas enseñanzas.

Para los nativos americanos el lobo tenía tres grandes poderes principales, que eran el acecho, la invisibilidad y la protección familiar, mientras que su observación y guía nos llegaba a proporcionar inteligencia, astucia y sabiduría interior, potenciando en nuestro interior valores como la lealtad, la amistad, la generosidad o la compasión.

Como consecuencia de todo ello, la medicina de lobo nos puede aportar una mayor confianza y seguridad en nosotros mismos, dándonos la fuerza para tener la libertad de ir tras nuestros sueños.

Y no únicamente eso, si estamos en plenitud seremos capaces de poder compartir esa medicina con otras personas que necesiten esa guía y ese apoyo, cosa que estas últimas podrían hacer también posteriormente con otros, con lo que estaremos elevando la conciencia y el nivel espiritual de toda la humanidad, que era lo que en definitiva los antiguos nativos americanos consideraban como el fin último de la medicina de lobo.

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