Si preguntamos a la gente por templos católicos en la ciudad de Barcelona, seguro que a la gran mayoría le vendrá a la cabeza citar a La Sagrada Familia, sin embargo hay otro no menos imponente y bastante más antiguo, que alberga una curiosa historia.

Hablo de la Catedral de Barcelona, cuyo nombre completo es el de Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, cuyas obras tuvieron lugar entre los siglos XIII y XV.

Se erige sobre las ruinas de una iglesia románica, que por su parte había sido construida sobre lo que fue otra iglesia, del tiempo de los visigodos.

Siendo una edificación imponente, quizá lo más llamativo sea su claustro que tomó forma hacia el final de la construcción general. Y es aquí en donde el visitante se llevará una sorpresa que no espera.

Dentro del mismo vive un grupo de ocas blancas, en concreto 13, número que los religiosos y el personal que a lo largo del tiempo ha cuidado de la Catedral, ha procurado con esmero que se mantenga siempre invariable.

Por supuesto la presencia de las aves en el lugar y la importancia que se les da, es algo que no deja indiferente a los que llegan.

¿Qué hacen allí esas ocas a las que evidentemente se cuida con mimo? ¿Por qué 13? ¿Qué representan?

Todos se hacen  preguntas con curiosidad y por supuesto, hay una explicación para la presencia y permanencia de los animales en ese lugar.

Si recordáis al inicio, mencioné que el nombre oficial del templo incluía a Santa Eulalia. Pues bien, para conocer la historia de las ocas habría que profundizar en la suya propia.

Santa Eulalia es ni más ni menos que la patrona de Barcelona y vivió allá por los tiempos de la Hispania de los antiguos romanos, cuando la ciudad condal recibía el nombre de Barcino.

Ella vivía en el seno de una familia cristiana, en los tiempos de la persecución del emperador Diocleciano. No queriendo callarse las injusticias, la chica, que contaba tan solo con trece años, se plantó ante el gobernador romano de la ciudad para quejarse del trato hacia los suyos y pedir por ellos.

Sin embargo, el delegado de Roma, no solo ignoró sus súplicas, sino que la exigió que renunciara al cristianismo, cosa a la que Eulalia se negó categóricamente.

Eso enfureció al gobernador, que quiso darle un sanguinario escarmiento. Dado que la niña tenía trece años, la condenó a sufrir trece tormentos diferentes a cual más salvaje.

Conozco la que fue, según cuenta la historia, la lista de torturas que tuvo que soportar la valiente Eulalia. No voy a reproducirla ahora, aunque seguro que no os será difícil encontrarla en cualquier sitio que cuente la historia de la muchacha.

Basta saber que todas esas atrocidades, que finalizaron con la niña crucificada, hicieron que la Iglesia considerara mártir a la niña y posteriormente, Santa.

Pero, ¿Qué tiene que ver esto con las aves de la Catedral? Evidentemente, todo. La ciudad acabo eligiendo como patrona a la niña por su valentía y coraje.

La Catedral la tomó también en su nombre y en cuanto a las ocas, bueno no había comentado que Eulalia se dedicaba a pastorear animales por la zona que hoy sería Sarría y como habréis imaginado, la niña llevaba un bando de ocas.

Por ello, como homenaje, los monjes decidieron que en la Catedral viviría por siempre un grupo de ocas blancas de trece ejemplares, en recuerdo de Eulalia y de la edad que tenía cuando fue martirizada.

Hay además por otras partes de la ciudad diversas representaciones de la Santa y en algunas aparece también con plumas de ocas.

Así que si pasáis por Barcelona y visitáis su Catedral, ahora sabéis porqué vais a encontrar unas inmaculadas ocas viviendo amigablemente en su claustro.

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