La gata buscadora

Hoy es la ocasión de volver a hablar de ello pues ha sido actualidad una nueva de esas historias que resultan tan entrañables, sin que en absoluto pierdan por ello ese halo de misterio del que hablaba hace un momento.

Esta reciente historia ha tenido lugar en los Estados Unidos y su protagonista ha sido una adorable gatita.

Su nombre es “Hemi” y el de su amigo humano Robert Connell. Sus caminos se cruzaron allá por 2010.

Robert es un Marine que ese año estaba en casa tras haber estado en misiones en el exterior. En realidad estaba de baja por estrés postraumático y seguía un plan de recuperación.

Vivía en la población de Havelock, en el estado de Carolina del Norte y un buen día se encontraba haciendo algo de deporte por las calles próximas a su casa.

De repente, al pasar al lado de un coche aparcado le pareció oír unos gemidos provenientes del motor. Se paró a investigar y descubrió acurrucado en un hueco de la carrocería a un pequeño gatito gris. La noche anterior había sido fría y sin duda se cobijó ahí buscando calor y refugio.

Sin pensárselo y obedeciendo a un impulso, Robert cogió al pequeño animal y con cuidado se lo llevo a su casa. Tras hablar con su mujer, Jennifer, fueron al veterinario donde le revisaron, vieron que no estaba en mal estado y les dijeron que era una gatita.

La llevaron de nuevo a casa con la idea en principio de buscarle un hogar entre sus amistades y conocidos, pero sin embargo Hemi, como la bautizaron, mostró desde el principio una especial empatía con Robert, y él con la gata, todo hay que decirlo. Por descontado a los pocos días todos sabían que había un miembro más en la familia y Hemi se quedaría allí.

A partir de entonces, Robert y Hemi se hicieron inseparables y la complicidad y unión entre ellos creció de una manera natural día a día. Esto además tuvo un efecto colateral que nadie hubiera imaginado pero que para Robert fue un regalo.

La presencia, el cariño y el trato con su nueva amiga fue fundamental para que el Marine comenzara a experimentar una notable mejoría de sus síntomas psicológicos, hasta el punto de que en 2011 le volvieron a declarar de nuevo apto para el servicio.

Desgraciadamente, eso ocasionó que a Robert le volvieran a destinar fuera en otro período de servicio y tuvo que dejar a su familia y por supuesto a Hemi.

Al principio la gata no entendía porqué su amigo no estaba ya por la casa y se mostraba triste y melancólica. Sin embargo la cosa empeoró un par de semanas después cuando la gata simplemente desapareció.

La familia de Robert estaba convencida de que el animal había decidido ir en su busca y se movilizaron intentando dar con ella, pero no obtuvieron resultado alguno y al cabo de varios días la dieron por perdida. En la distancia comunicaron las malas noticias a Robert que también se sintió muy afectado pensando que nunca volvería a ver a su simpática amiga.

Unos meses después el soldado regresó a casa para finalizar además su período de servicio en la Marina.

Encontró un buen trabajo como ingeniero ferroviario, pero implicaba un cambio de residencia. Su familia no había vuelto a saber nada de la gata en ese tiempo, por lo que perdida ya toda esperanza de volver a ver a su querida Hemi y dado que era una buena oferta, Robert aceptó.

Así pues, a principios de 2012, esta vez fue la familia al completo la que se mudó en dirección a la población de Bismarck, en Dakota del Norte, a casi 3.200 Kilómetros de su antigua residencia.

Robert continúo allí su vida en compañía de Jennifer y sus dos hijas. Su vida iba bien aunque nunca dejó de tener en un rinconcito de su corazón a su amiga gatuna.

Sin embargo, el destino le deparaba una sorpresa. Porque mientras tanto, en Carolina del Norte, la historia había seguido su propio camino.

A mediados del pasado mes de Enero una residente de una zona de Carolina del Norte a media distancia de Havelock, avisó a los servicios del condado porque había aparecido en los alrededores de su casa una gata gris a la que llevaba unos días dando de comer en su jardín y que le pareció algo más que un gato callejero.

A la llamada acudió la supervisora del servicio de control animal del condado de Craven, Trinity Smith, que tras localizar a la gata logró hacerse con ella sin grandes esfuerzos. La llevó a sus instalaciones y al realizarla el pertinente chequeo veterinario descubrieron que era portadora de un chip de identificación.

Podemos imaginar la cara de Robert Connell cuando Trinity, tras las pertinentes pesquisas, logró contactar con él en su nueva casa para comunicarle que increíblemente su querida amiga Hemi había aparecido sana y salva al cabo de los años.

Con gran impaciencia no tardaron en organizar el viaje en avión de vuelta a Carolina del Norte, para recoger al animal a finales de Enero.

Pero como en un guiño más del destino, los días que Robert iba a viajar coincidieron con el paso de un tremendo frente de tormentas y mal tiempo que asoló el país, lo que hizo que, como muchos otros, sus vuelos resultaran cancelados y sin muchas opciones para que tuviera alternativas en unos días.

Sin embargo, eso no arredró al ex Marine, que pensó que su amiga ya lo había pasado bastante mal todo ese tiempo como para que tuviera que esperar unos días más. Así que ni corto ni perezoso cogió su coche y se dispuso a hacer el trayecto de casi 3.200 Kilómetros que le separaba de su minina.

Por fin, hace pocos días el ansiado reencuentro se hizo realidad y Hemi y Robert volvieron a estar por fin juntos. Los más de cuatro años de separación quedaron definitivamente atrás. A fecha de hoy la gata ya se encuentra de regreso en Bismarck para ser una más en la familia formada por Robert, Jennifer y sus hijas.

Qué fue Hemi estos años es en realidad un misterio. Parece seguro que a su manera intentó encontrar a Robert y debió haber vagabundeado por los estados de alrededor, hasta que un buen día debió decidir volver al origen quizá estimando que a ese punto podría haber vuelto su amigo o para empezar de cero otra vez.

Sí parece efectivamente que en ese regreso hacia su casa en Havelock pudo haber hecho una escala en los alrededores de la casa de la vecina que finalmente dio el aviso.

Y lo parece así porque al haber salido su historia en los medios y hacerse sumamente popular, han empezado a surgir testimonios de personas en diversas localidades y fechas que afirman creer haber visto o haber interactuado en algún momento con Hemi, que por otra parte por el color de su pelaje y sobre todo por sus graciosas orejillas es relativamente fácil de distinguir.

Con ello podría hablarse de que efectivamente la gata estuvo viajando en búsqueda de Robert sin darse nunca por vencida, mas si tenemos en cuenta que a excepción de la vecina del aviso, no han surgido vecinos de lugares próximos que la vieran, lo que hubiera sucedido sin duda si se hubiese limitado a permanecer todo el tiempo en las proximidades de su casa.