Como todos sabéis existen muchas historias sobre animales fantasmales. No pocas de ellas están ligadas a lugares concretos.

Podría uno pensar que si hay alguna ubicación genérica con posibilidades de albergar fenómenos de estas características, nada mejor que un zoo, hogar de multitud de animales.

Es curioso que cuando indagas alrededor de este tema, encuentras que no son pocos los zoológicos a lo largo y ancho del mundo que cuentan con leyendas sobre fenómenos paranormales, incluyendo todo tipo de apariciones espectrales, si bien ligadas a personas relacionadas con esos lugares, fundadores, trabajadores o incluso visitantes.

Sin embargo existe también algún punto en el que los protagonistas de esos sucesos se identifican con animales. Eso es precisamente lo que sucede en uno de ellos, que ha adquirido con el tiempo una añadida fama entre los estudiosos por ser el epicentro de hechos inquietantes.

Entrada zoo Cininnati.Hablo de un recinto norteamericano, en concreto el zoo de Cincinnati, en el estado de Ohio, que posiblemente sea el lugar de su tipo más reconocido dentro del mundillo del misterio.

El zoológico y jardín botánico de Cincinnati, que es su denominación oficial, fue inaugurado el 18 de septiembre de 1875, lo que hace que sea el segundo recinto de su clase por antigüedad en todo Estados Unidos.

Es una entidad de reconocido prestigio, que colabora desde hace años en programas de conservación y estudio, aunque quizá su mayor impacto mediático tuvo lugar por un hecho que seguro no hubieran deseado que pasara.

Fue en 2016. Sus responsables se vieron envueltos en un tremendo suceso que hizo correr ríos de tinta y puso a la instalación en el foco de la atención mundial, cuando el 28 de mayo de ese año un niño de 3 años cayó sin que se sepa muy bien cómo, al recinto de los gorilas.

Pronto llamó la atención de uno de los animales, un impresionante macho espalda plateada llamado “Harambe”, de 17 años. Las imágenes del gorila cogiendo al niño y junto a él, dieron la vuelta al mundo. Fueron unos momentos de máxima tensión pues la mayoría pensaban que el gorila iba a matar al chavalín en cualquier momento.

Sin embargo, lo cierto es que el animal no dañó al niño en ningún momento y más parecía tener simple curiosidad o incluso mostrar un instinto protector hacia el pequeño.

Hubo instantes de máxima duda por parte de los responsables del zoo sobre cómo proceder, sin embargo y sobre todo ante la tremenda crisis de ansiedad que mostraba la madre, se decidió la opción fácil, desgraciadamente para el animal.

De esa forma, los vigilantes del zoo abatieron a tiros a Harambe ante los ojos y cámaras de todos los testigos. La tormenta mediática que se organizó fue de tal magnitud que el zoo se vio obligado a cerrar sus cuentas en redes sociales y las visitas cayeron en picado en las siguientes semanas ante las protestas del público por la manera de enfocar la situación.

Memorial Harambe.El zoo se llenó de flores y mensajes por el gorila muerto y la gente creó una improvisada zona de recuerdo cerca de su recinto.

En lo personal, evidentemente no digo que no hubiera que proteger la vida del niño, pero quizá había otros métodos que hubieran podido proteger también la del gorila, especie por cierto en peligro de extinción, habida cuenta de que realmente no mostró síntomas de agresividad hacia el pequeño.

Por cierto, poco se dijo acerca de la posible responsabilidad de los padres que a fin de cuentas eran quiénes debían estar pendientes de su hijo, puesto que el niño tuvo que trepar por un pequeño cercado para acceder al recinto de los gorilas y luego acceder al foso, cosa que no sucede en un simple segundo de distracción.

Pero bueno, lo hecho, hecho está. He comentado este suceso porque puso al zoo en primera línea de la actualidad y puede que incluso os sonara de aquellos momentos, pero volvamos a los temas que nos ocupan, puesto que como os decía, desde otro punto de vista y para otros círculos, el zoo de Cincinnati siempre ha estado entre los primeros de la lista.

El motivo de que ocurra esto hay que atribuirlo principalmente a una famosa leona, que debe precisamente esa fama al hecho de que no existe como tal, pues se trata de una presencia fantasmal.

A pesar de que no hay una referencia clara en cuanto a su posible origen y su primera aparición, lo cierto es que desde hace años son muchos los testimonios de gente muy diversa, tanto trabajadores como visitantes, que aseguran haber tenido contacto con ese ente espectral.

El zoo y jardín botánico de Cincinnati cuenta, precisamente por esa doble función, con zonas de paseo boscosas en las que existen serpenteantes senderos que en ocasiones y según las horas y días pueden verse incluso solitarios.

Es precisamente en esas recónditas zonas en las que al parecer tienen lugar los encuentros paranormales a tenor de lo declarado por los diversos testigos.

La forma es que se manifiesta es bastante variada ya que por ejemplo hay ocasiones en que se oyen sus pasos entre la vegetación o por el sendero, tanto andando lentamente como en carrera, pero también hay personas que han oído su respiración a poca distancia de ellos o incluso han llegado a oír sus gruñidos como si estuviera al acecho.

En la mayoría de todas estas ocasiones los testigos no pudieron ver nada en absoluto por más que se esforzaron y hablamos por supuesto de lo que no salieron huyendo a la carrera en cuanto notaron algo sospechoso.

Sin embargo, también hay reportes de personas que afirman haber visto a una leona de ojos de fuego mirándoles a poca distancia oculta entre el follaje, para desaparecer rápidamente tan pronto era avistada.

Aunque hay unos pocos testigos que cuentan haber sufrido el repertorio completo, pues según ellos, llegaron a ver y oír a la leona mientras aparentemente les seguía por su recorrido.

Zoo logo.Cabe destacar que a lo largo de los años hay testimonios que sucedieron tanto con luz diurna como ya anochecido y en un amplio abanico horario. Sí es cierto por el contrario, que las apariciones nunca han sucedido ante un grupo numeroso de personas y que hasta el momento no hay muestras visuales o sonoras del fantasmal animal.

Evidentemente, a lo largo del tiempo se ha realizado alguna discreta investigación interna sobre el particular, sin que se haya querido tampoco montar un circo al respecto, pero no se ha conseguido evidencia alguna.

Curiosamente, a nivel general la presencia paranormal de esta supuesta leona no está asociada por nadie a fuerzas o energías malignas, si no que por el contrario se asume como una especie de guardiana y protectora del recinto. Es notorio hacer notar además que, según los responsables del zoo, en toda la historia de la institución no se recuerda ninguna muerte de una leona por causas extrañas, cosa que en cierta forma pudiera haber dado lugar a las apariciones.

Lo cierto es que de cuando en cuando todavía sale alguien del zoo contando relatos inquietantes y quién sabe si en alguna ocasión no llegará a ser protagonista de alguno de ellos el desventurado Harambe, añadiendo misterio a la leyenda del zoo y jardín botánico de Cincinnati.

Por supuesto podéis acercaros por allí a probar suerte y además, si vuestra curiosidad por estos fenómenos no tuviera suficiente, habéis de saber que sin salir del estado de Ohio, tenéis otro zoo con leyenda fantasmal.

Entrada zoo Columbus.En efecto, si después os llegarais hasta la localidad de Columbus y visitarais su zoo aquarium, no dejéis de ir al recinto de los okapis.

Puede que esta sea la historia con animales fantasmales más rara y curiosa de todas, pero lo cierto es que desde hace unos años, los trabajadores cuentan que en dicho recinto se aparece el fantasma de una hembra de okapi que murió allí al dar a luz.

Al parecer, en ocasiones se ha podido observar una extraña sombra oscura que llega a alcanzar el tamaño de uno de estos animales y que incluso da la impresión de moverse por el recinto.

No deja de ser francamente curioso que ambas historias tengan como escenarios zoológicos ubicados en el mismo estado.

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