El 23 de Agosto de 1926, a la temprana edad de 31 años y aquejado de una peritonitis, moría en un hospital de Nueva York una figura mítica, el renombrado Rodolfo Valentino.

Valentino en Falcon's LairNacido cerca de Tarento, Italia, como Rodolfo Guglielmi, fue enviado por su familia a Estados Unidos en 1913 con objeto de que pudiera labrarse un futuro allí. Tras un tiempo de estancia en la ciudad, decidió mudarse a la Costa Oeste, a Los Ángeles. Comenzó a frecuentar los ambientes que orbitaban alrededor de Hollywood y decidió cambiarse el nombre a Rodolfo Valentino para facilitar que recordaran mejor su apellido. Poco a poco fue haciéndose hueco en el cine mudo, hasta que llegaron sus oportunidades y se convirtió en el mítico actor que acabó siendo.

Mucho se ha escrito sobre la vida, la obra y la leyenda del malogrado actor, pero en este blog lo que nos interesa, como siempre, es ir un poco más allá. Y desde luego en el caso de Valentino hay bastante dónde rascar.

Para entrar en situación habría que empezar diciendo que quién tanta atención recibió en vida no sólo por parte de los medios sino también del gran público, da la impresión de no haberse resignado a dejar de tenerla tras su muerte.

Y este comentario tiene una explicación muy simple. Probablemente ante Rodolfo Valentino nos encontremos con el personaje famoso cuyo aparente fantasma haya sido visto en más ubicaciones diferentes.

Nada menos que en ¡13! Localizaciones distintas del estado de California y más concretamente de la ciudad de Los Ángeles y sus alrededores, existen testimonios de testigos de diferentes épocas que afirman haberse topado con el fantasma del actor.

No voy a desgranar ahora la lista completa de esos lugares pero escarbando un poco resulta curioso ver cómo desde su famosa mansión “Falcon’s Lair” en el 1436 de Bella Drive, en Los Ángeles hasta el “Hollywood Forever Cemetery” de la misma ciudad, donde descansan sus restos, pasando por el conocido restaurante “Musso & Frank Grill” en el 6667 (curioso número) del Hollywood Boulevard o los estudios de la “Paramount” en el 5555 de la Melrose Avenue, son numerosos los testimonios a lo largo de los años que convierten sin duda al de Rodolfo Valentino en posiblemente el fantasma de celebridad más ubicuo de la actualidad.

Pero todas estas apariciones aún siendo interesantes, no serían motivo suficiente para atraer nuestras pesquisas de no resultar que, por si no fuera poco con lo ya conocido, Valentino tampoco ha querido “actuar” en solitario.

Rodolfo Valentino fue en vida amante de los animales, especialmente perros y caballos. Durante toda su vida no dejó de tener varios animales tanto de unos como de otros. Llegó de hecho a utilizar fotos promocionales suyas para publicidad y autógrafos en las que aparecía junto a alguno de sus perros, una de las cuales podemos contemplar en este artículo.

Pero dentro de esos sentimientos era públicamente conocida por todo el mundo en su época, la extraordinaria relación de afinidad mutua que mantuvo con uno concreto de sus perros, de nombre “Kabar”. El animal era un cruce de Doberman Pinscher con Gran Danés y Valentino no se separaba de él, llevándolo consigo incluso en viajes y giras.Valentino y KabarFoto publicitaria Valentino con Sheik

Según cuentan, mientras Valentino moría en Nueva York, Kabar, que entonces circulaba en un automóvil cerca de su residencia con familiares del actor, se puso a aullar súbita y desconsoladamente, de tal forma que por poco hizo perder el control al conductor por el susto.

El perro desde entonces y por mucho empeño que pusieron, no levantó cabeza y apenas seis meses después murió. Alberto Valentino (hermano de Rodolfo) ordenó a los veterinarios que le practicaran una necropsia para conocer si tenía alguna enfermedad oculta, más no se encontró absolutamente nada de carácter físico u orgánico que pudiera haber producido su muerte. Sin duda la pérdida de su amo y amigo resultó determinante para Kabar.

La familia decidió enterrarlo en el también famoso “Hollywood Pet Cemetery”, el cementerio de mascotas de Hollywood, en el que reposan muchos animales relacionados con las estrellas del celuloide.

Y ahora vienen las sorpresas. Antes mencioné la extraordinaria sintonía y relación que tenían Valentino y su perro. Pues lo asombroso es que decidieron continuarla desde el más allá y así como el actor se hizo protagonista de no pocas apariciones fantasmales, Kabar decidió no ser menos y comenzar a aparecerse también.

En efecto, el 6 de Mayo de 1948 un grupo de psíquicos se reunió en la mansión de Valentino con objeto de conmemorar el aniversario de su nacimiento. Fue durante las diversas sesiones que se realizaron durante la noche cuando al menos tres de los asistentes comunicaron haber visto un perro similar a Kabar en varias habitaciones de la casa, posteriormente uno de ellos incluso dijo haberlo visto saltar atravesando una ventana del piso superior.

También ha sido visto en los alrededores de su tumba en el Pet Cemetery en varias ocasiones y por personas completamente diferentes y sin relación entre ellas.
En una de las ocasiones, una mujer afirmó incluso haber visto juntos en ese lugar a Valentino (esta era otra más de las 13 ubicaciones del principio) aparentemente paseando junto a su querido Kabar.Valentino en sus establosSepultura de Kabar

Pero todavía queda otra sorpresa más, pues su fiel perro no es el único animal fantasma que acompaña a Rodolfo Valentino.

Gran amante también de los caballos como mencioné antes, cuentan que en los establos de su ya citada mansión Falcon’s Lair, se ha llegado a escuchar el relincho de un caballo que nadie puede ver e incluso hay testigos de la aparición de un caballo fantasmal que ha llegado a ser visto en solitario pero también recibiendo las atenciones del propio fantasma de Valentino y que los testigos reconocían como el que fue el caballo favorito del actor.

Incluso en otro de los lugares de esa lista de 13, la “Will Rogers State Beach”, hay al menos dos testimonios de personas que aseguran haber visto a Valentino vestido completamente de blanco galopando a lomos de un caballo también blanco por la arena de la playa.

Como vemos, quizá partiendo de este caso podría establecerse que hay relaciones de afecto, incluso entre especies diferentes, tan especiales y profundas que pueden llegar a traspasar la frontera de la propia muerte.

Es un pensamiento bonito, ¿Verdad?

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