El jinete espectral

Como guinda adicional, resulta que incluso el susodicho testimonio fue obtenido en la localidad origen de los supuestos hechos que posteriormente dieron forma a la leyenda.

Pero antes de describir los pormenores, creo que sería mejor conocer esa historia previa, que no es otra que la de una persona, de nombre Juan Tuul.

Todo ocurrió durante el siglo XIX en una localidad costarricense llamada Zapote de Nicoya, perteneciente a la provincia de Guanacaste.

Allí vivía un vaquero, Juan, conocido en toda la zona por su amor a los caballos y su extraordinaria habilidad para la equitación.

No obstante lo cual, un aciago día montando precisamente a su caballo favorito, tuvo un fatal accidente. El animal se asustó de forma inesperada y se encabritó sorpresivamente, tomando desprevenido a Juan que no pudo evitar salir despedido de la montura, con tan mala fortuna que se golpeó con una piedra en la cabeza, muriendo al instante.

Desde entonces no han faltado a lo largo de los años, testimonios de habitantes de la zona que afirman haber visto a Juan cabalgando por el campo en las noches oscuras.

Esa podríamos decir que es la versión básica de la leyenda. Sin embargo existen un par de variaciones más complejas y siniestras e igual de populares.

Según las mismas, habría que añadir un nuevo personaje a la historia, en la figura nada menos que del mismísimo demonio.

Así, parecería que Juan en realidad no tenía habilidad alguna pero se moría por tenerlas y por ello ofreció un pacto al diablo si le permitía ser el mejor manejando a los animales.

Tras un tiempo intentando invocarlo sin éxito, dicen que una noche por fin el diablo se le apareció en su cuarto y aceptó convertirlo en el mejor vaquero que nunca hubo, pero por supuesto le pidió un precio a cambio.

Y no fue un precio nada baladí, puesto que le pidió a cambio la vida de su mujer y su hijo. El bueno de Juan, tuvo un último atisbo de lucidez y no fue capaz de aceptar semejante pago, por lo que se ofreció él mismo, cosa que el diablo aceptó.

Pero como siempre tenía asuntos que atender en este mundo, decidió usar a Juan para algo más y por eso desde entonces cuentan que se aparece cabalgando de aquí para allá, con una fantasmal pericia, eso sí, haciendo de mensajero del demonio cuando lo necesita.

La otra variante nos cuenta que no es que Juan invocará al diablo, sino que éste se le apareció directamente una noche mientras trabajaba con el ganado en el campo.

Pero no se le aparece sin más, pues llegó en la forma de un misterioso jinete charro todo vestido de negro para ofrecerle un mejor trabajo en otro rancho lejano, el hombre cayó en el engaño y firmó un contrato, en el que en realidad estaba vendiendo su alma.

A partir de entonces sería el propio Juan el que se aparecería como el jinete charro por las noches ante todo aquel incauto que viajara solo por  los caminos.

Lo cierto, es que la leyenda de Juan Tuul está bien extendida e incluso tiene también su contrapartida y evolución, pues el vaquero ha pasado también a ser conocido como el “Mayab”, el protector del ganado, que dicen ayuda a encontrar las reses perdidas y si se le deja en lugares estratégicos una pequeña ofrenda como algo de tabaco, puede hacer directamente que los animales no se escapen de sus recintos.

Hasta aquí la leyenda, pero ahora veamos el porqué de haberla contado previamente. Resulta que el pasado 8 de febrero, saltó a las redes un vídeo de una cámara estática en un camino, en el que supuestamente podría haberse registrado el paso nocturno del mismísimo Juan Tuul.

Fueron obtenidas precisamente en Zapote de Nicoya y cuando un usuario las subió a la conocida red Tik Tok, se hicieron virales.

En efecto se puede ver como un misterioso y etéreo jinete pasa por delante de un buey, que la verdad tampoco muestra una gran sorpresa por la irrupción ni tiene alguna interacción con el visitante salvó un ligero movimiento de cabeza.

Como siempre ha habido opiniones para todos los gustos y hasta en el conocido programa de Iker Jiménez, “Cuarto Milenio”, se hicieron eco de las imágenes.

Se habla de detalles como que se puede vislumbrar sombre en el jinete, lo que le daría naturaleza corpórea, de fallos de la cámara grabando una persona normal, de planos superpuestos y montados adrede… Pero claro también se habló de que fuera el aparecido Juan Tuul el protagonista de ese vídeo.

En ese lugar concreto no se han producido más grabaciones misteriosas, por lo que únicamente siguen existiendo para el debate esos pocos segundos en aquella noche.