El inicio de Nessie
No tengo la menor duda de que todos vosotros habréis oído hablar de Nessie. Es probablemente, quizá junto al “BigFoot” norteamericano, el críptido más conocido en todo el orbe.
Los criptozoólogos llevan décadas estudiando todos los aspectos que rodean a esta enigmática criatura, que tan hábil se ha mostrado hasta ahora para ocultarnos sus secretos incluso en esta época de adelantos tecnológicos.
En un período de tiempo tan prolongado y con un misterio tan significativo, es normal que los libros, documentales, estudios y ensayos de todo tipo sobre el tema, sean innumerables.
No voy en este momento a extenderme relacionando las diversas teorías sobre la existencia o no de la criatura o sobre qué tipo de animal o monstruo sería, pero sí quiero fijarme en un nuevo estudio que toca un aspecto curioso.
Recientemente, como decía, se ha publicado un estudio que intenta explicar, no qué es Nessie, sino porqué se le ve así, o más concretamente porqué los testigos lo ven de una determinada manera que es la que ha pasado al imaginario colectivo.
La idea la han tenido dos profesores universitarios del Reino Unido. Son los doctores, Charles Paxton, del “Centre for Research into Ecological and Environmental Modelling” de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia y Darren Naish del “Ocean and Earth Science Dept. from National Oceanography Centre” de la Universidad de Southampton, en Inglaterra.
Ambos, investigadores de prestigio, se plantearon esa cuestión y se dedicaron a recopilar información. Con paciencia y metodología analítica para elaborar estadísticas, fueron registrando desde muy diversas fuentes, todos los informes de avistamiento que pudieron encontrar desde principios del siglo XIX.
Empezando en 1801, lograron reunir para su estudio un total de nada menos que 1.688 informes sobre testimonios de testigos que supuestamente tuvieron encuentros con Nessie.
Con todos los datos que fueron obteniendo se dedicaron a alimentar los modelos que habían creado y para su sorpresa obtuvieron lo que parecían ser unos patrones estadísticos. Cotejaron sus datos con hitos históricos que pudieran corresponderles, especialmente en el campo científico y aparentemente lograron encontrar una relación entre unos y otros cuando menos curiosa y posiblemente relevante.
Lo que estos investigadores describen en su estudio, es un cambio en la percepción global de Nessie que ha determinado el concepto actual que tenemos ahora la mayoría en cuanto a su aspecto.
Veréis. Cierto es que los informes e historias sobre seres extraños en el Lago Ness, abarcan una mayor antigüedad en el tiempo que la que cubre este estudio, pero había una particularidad por la que se decidieron a hacerlo así.
Desde que empezaron a circular historias en siglos pasados, había un común denominador y es que las descripciones apuntaban a un ser con el aspecto de una serpiente gigante y eso básicamente se había mantenido así hasta principios del siglo XIX, precisamente cuando comenzaron ellos a recopilar informes concretos.
Y lo que descubrieron es que hacia mediados del siglo XIX, las descripciones de los testigos fueron evolucionando en su mayoría de una gran serpiente hacia algún tipo de animal acuático de cuello largo. Pero es que hacia principios del siglo XX y especialmente a partir de los años 30, hubo una vuelta de tuerca más porque pudieron constatar que las observaciones pasaron en su mayoría a describir con mucha más precisión, animales del tipo de los plesiosaurios.
Como dije, ante el hallazgo de esos posibles patrones, los dos hombres cruzaron los rangos de fechas que les sugerían con hechos relevantes del mundo de la ciencia que hubieran podido coexistir en el tiempo. Para su sorpresa les pareció encontrar una relación, que aunque tampoco tenía una exactitud matemática exacta, sí podía ser significativa en términos generales.
En efecto, fue más o menos hacia mediados del siglo XIX cuando la paleontología vivó una época dorada de descubrimientos y los grandes dinosaurios saltaron a la fama y al conocimiento del gran público cada vez que un nuevo hallazgo de huesos fósiles saltaba a la prensa, sabedora de la curiosidad creciente que iban despertando esos temas en cada vez más número de lectores.
Fueron primero los grandes saurios terrestres los que acaparaban las noticias y los grandes dinosaurios se hicieron populares. Es entonces también cuando comenzó a hacerse patente ese primer cambio sutil en las percepciones de los testigos de avistamientos de Nessie, que empezaron a decantarse por describir a la criatura tomando como referencia a su vez las morfologías de los grandes dinosaurios que se leían en la prensa o se podían empezar a ver ya en los museos, en donde la afluencia de público aumentó exponencialmente.
Entre ellas, las observaciones que describían al monstruo como un ser con el aspecto más aceptado actualmente, es decir recordando lo que sería un plesiosaurio, habían aparecido ya, pero ni siquiera se acercaban al 10% del total.
Posteriormente, a medida que también las investigaciones paleontológicas avanzaban y se hacían más concienzudas, fue posible dar a conocer también con una mayor precisión a las criaturas marinas de la época, por ejemplo los famosos plesiosaurios, con los que el gran público comenzó a familiarizarse allá por los años 30 del siglo XX, aunque en realidad los primeros fósiles descritos se hallaron sobre 1821, pero se tardó en irlos agrupando con otros para catalogarlos taxonómicamente.
Por eso y por la relevancia que para el público habían alcanzado nuevos seres como el dinosaurio de cuello largo, el Brontosaurio, o el impresionante Tyranosaurio, los seres marinos tuvieron su fama un tiempo después, precisamente cuando las observaciones sobre Nessie comenzaron también a centrarse en criaturas de un aspecto calcado al de esos plesiosaurios, en esos años 30.
Es por aquellos tiempos cuando el porcentaje de observaciones que describían seres con la morfología de aquellos saurios marinos, subió de una manera más que notable hasta llegar a suponer más del 50% de los testimonios totales.
Por ello, los dos investigadores del Reino Unido, acabaron estimando que los descubrimientos paleontológicos y su popularización, llegaron a ser determinantes en la evolución de las percepciones de los testigos a través del tiempo, que trataban inconscientemente de asociar y cuadrar lo que habían observado, con esos nuevos conocimientos que estaban ahora en boca de todos.
No deja de resultar un estudio curioso, pues sugiere poco menos, que lo que se ve depende más de las modas, cultura e información predominante en tu entorno, que de lo que veas en sí mismo. Llevado al extremo podríamos aventurar que si mañana se descubre una familia de dinosaurios o de seres desconocidos con forma de perchero, a partir de entonces los testigos que vieran a Nessie comenzarían a describirlo con aspecto también de perchero.
Sin embargo, esto que a todas luces representa una exageración, no quita que en efecto esas connotaciones sean algo muy a tener en cuenta a la hora de investigar y estudiar un testimonio, no únicamente en referencia a Nessie, sino referido también a cualquier fenómeno extraño.
Recordemos por ejemplo el caso de aquella tribu amazónica casi sin contacto con el mundo moderno que cuando fueron preguntados por unos reporteros, ante el paso por el cielo de un avión de pasajeros y su estela, sobre qué era aquello, no tuvieron ninguna duda en responder que era una gran serpiente celeste, asociando así lo observado a lo que ellos podían conocer.
Evidentemente con esto no se quita valor a lo que un testigo pueda haber observado de extraño, sino que se trata de poner en consideración, a la hora de recabar los datos para una investigación, que no está de más dedicar un tiempo también a conseguir pistas sobre cómo puede haberlo interpretado.
Como nota final, os comentaré que si tenéis curiosidad, el estudio original de los doctores Paxton y Naish, con el título de “Did Nineteenth Century marine vertebrate fossil discoveries influence sea serpent reports?”, fue publicado en abril de 2019 en la edición número I del volumen 38, estos volúmenes se componen de dos ediciones en el año, de la revista “Earth Sciences History”, órgano de expresión impresa de la “Sociedad de Ciencias de Historia de la Tierra” (The Story Of Earth Sciences Society).
Etiquetas: Criptozoología • Investigadores • Reptiles
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