De color naranja
De vez en cuando, los colores de la Naturaleza nos sorprenden asociándose a animales con los que en principio nunca los relacionaríamos.
Por ejemplo, ¿Recordáis aquella gatita verde? (https://www.misterioanimal.com/un-gato-de-navidad) ¿Y aquel oso azul? (https://www.misterioanimal.com/el-oso-azul). Pues bien, hoy llega hasta aquí otro caso de rarezas cromáticas como los anteriores.
En esta ocasión, los hechos han salido a la luz hace pocos días en el estado norteamericano de Carolina del Sur.
Allí, en Hanahan, pequeña comunidad residencial que se halla muy cerca de la localidad de Galveston, ha dado que hablar un curioso saurio.
Los habitantes de la zona quedaron sorprendidos por la aparición de un caimán de un llamativo color ¡naranja!, noticia que incluso ha podido verse reflejada en algunos medios españoles.
No son excepcionales ejemplares sin la coloración habitual, aunque suelen ser albinos, como el de la foto que acompaña estas líneas, pero el naranja no es desde luego un color habitual.
Al parecer, el animal ha sido visto en varias ocasiones y por supuesto algunos lo han fotografiado, haciendo que esas imágenes se hayan propagado con rapidez.
No han faltado las bromas sobre el reptil diciendo que había abusado de la loción de auto bronceado o que era un fan de los Clemson Tigers, equipo deportivo de la universidad de Clemson, ubicada en el estado.
Más en serio, los especialistas comentan que el animal es casi con seguridad un ejemplar de aligátor americano, o del Mississipi, (Alligator mississippiensis), la mayor especie de cocodrilo del continente y que puede llegar a alcanzar nada menos que los seis metros de longitud.
En este punto y como a veces hay un poco de confusión entre cocodrilos, caimanes y nuestros protagonistas de hoy, los aligátores, aprovecho para comentar que taxonómicamente todos pertenecen, dentro de la clase de los saurios (Sauropsida), a un gran orden, Crocodilia, del que luego cuelgan dos familias; Crocodylidae, en la que quedan los cocodrilos verdaderos y Alligatoridae en la que están caimanes y aligátores.
Esto hace que muchas veces a estos dos últimos se les considere globalmente, especialmente en Europa, como caimanes. Sin embargo ambos están separados a nivel de subfamilias, existiendo dos diferentes; Caimaninae que engloba el género Caiman, con seis especies y Alligatoridae, que por su parte engloba el género Alligator, con dos especies.
Tras este comentario, podemos volver ya con propiedad a nuestro amigo el aligátor naranja, en un intento de explicar cómo ha podido obtener semejante coloración.
Sobre esto, los expertos tienen dos principales teorías. La primera nos dice que el color vendría dado por el entorno o más bien el refugio que el animal haya adoptado como madriguera, por ejemplo, se sugiere que si fuera algún antiguo desagüe, cosa no extraña, que estuviera oxidado, podría haber obtenido ese tono particular por impregnación al rozarse continuamente con las paredes.
Si bien es cierto que según las fotografías y los testigos, la coloración es bastante uniforme por todo su cuerpo y eso quizá deje un pelín coja esa explicación, aunque desde luego no hay que descartarla.
La otra teoría habla de alguna mutación genética que haya podido afectar a la pigmentación general, si bien esto nunca podría comprobarse sin la toma de algunas muestras del reptil para su análisis.
Hay algunas otras observaciones, como que ese color naranja pudiera también deberse a sedimentos o vertidos industriales en el agua, aunque los cambios tonales debieran haber aparecido en otros animales, o incluso a algún tipo muy específico de alimentación en ese ejemplar, pero esto último todavía es más difícil de precisar o probar.
De todas formas, los científicos que siguen el caso esperan algún cambio, incluida la pérdida de coloración y la vuelta a la normalidad, pues si la primera teoría era cierta y el animal ha pasado la temporada de invierno refugiado en algún punto que le ha producido esa anomalía, ahora con la vuelta del buen tiempo reduciría su estancia allí y por lo tanto el agente causante perdería su efecto poco a poco.
Por ahora la gente sigue pendiente, aunque bien es cierto que el reptil, quizá consciente de su nueva popularidad, está mostrándose mucho más esquivo y reservado.
Pero lo más curioso es que si buceamos un poco, veremos que no ha sido el único caso de aligátor naranja, pues ya en el 2011, en la población de Venice, en Florida, Sylvia Mythen, un ama de casa local, pudo fotografiar cerca de su jardín en la ribera del río, un animal que desde luego podríamos decir que sería primo hermano del de ahora.
Esa noticia también causó un gran revuelo en su día por lo que bautizaron como el primer cocodrilo naranja del mundo.
Entonces el animal desapareció pronto de la vista sin que apenas quedaran el par de fotos que pudo tomar la señora Mythen, que a pesar de volver al día siguiente con la esperanza de obtener mejores imágenes, ya no consiguió volver a encontrar al reptil.
Junto a estas líneas incluyo la primera foto que pudo obtener (La más nítida).
En esa ocasión explicaron que el color naranja pudo deberse a una especie de insolación por el calor en la piel seca del animal, pues decían que en las partes que en la segunda foto aparentaban estar mojadas (La foto era de peor calidad por estar ya el saurio huyendo hacia el agua), el color parecía restablecerse a un tono más normal.
De todas formas tampoco fueron explicaciones concluyentes y ahora que la casuística se ha ampliado con este nuevo caso, también ha aumentado la curiosidad de los expertos por saber si se tratará de un fenómeno que va a repetirse de nuevo.
Etiquetas: Reptiles
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