No son pocos los edificios famosos o representativos que cuentan con leyendas e historias de tipo misterioso. En la ciudad de Washington, capital de Estados Unidos, hay dos famosísimos edificios en concreto que simbolizan el poder gubernamental de una forma casi icónica. Son los situados en el 1.600 de la Pennsylvania Avenue y en la First Street, en las alturas de la Capitol Hill, entre otras edificaciones oficiales. Por supuesto me estoy refiriendo a la Casa Blanca y al Capitolio.

Son incontables las historias, curiosidades y rarezas que pudieran destacarse referidas a estas edificaciones singulares, pero como estamos en MISTERIO ANIMAL, me centraré en una en particular que lleva muchos años circulando por la ciudad y que une ambos edificios oficiales de una manera insospechada.

El protagonista de la misma es un inquietante gato al que se conoce como “Demon Cat” o también abreviadamente “DC”, haciendo obviamente un ingenioso juego de palabras con el “DC” (por Distrito de Columbia) que acompaña a la ciudad de Washington para diferenciarla del estado del mismo nombre.

Su historia se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, cuando al parecer y debido a una gran plaga de ratas, fueron introducidos un número considerable de gatos en todo el entramado de los sótanos del Capitolio con el fin de acabar con ellas.

Cuando los gatos acabaron con las ratas los fueron capturando de nuevo para sacarlos del edificio, pero según se cuenta uno de ellos debió molestarse con ese trato aprovechado que les dieron los humanos y consiguió quedarse para convertirse en el mítico DC.

Catafalco G. Washington-CapitolioDesde entonces se han venido produciendo a lo largo de las décadas, aterradores encuentros con el siniestro minino. Lo curioso es que ha sido visto tanto en algunas zonas del edificio principal del Capitolio, como en algunos pasillos de la Casa Blanca, si bien parece que tiene predilección por una zona concreta del sótano del Capitolio donde se encuentra el catafalco que en principio estaba destinado a ser la cámara mortuoria de George Washington, aunque tras ser éste enterrado finalmente en su casa de Mount Vernon, en Virginia, el lugar permanece vacío.

Es ahí donde se ha llegado a decir que Demon Cat tiene su “casa” o donde se ha sugerido que podría haber una puerta de comunicación nada menos que con el Infierno.

Algo en lo que coinciden los testimonios es su capacidad para cambiar. En un principio parece que el testigo se da de bruces con lo que podría ser un gato doméstico negro como tantos otros, si bien cuando el felino dirige la mirada hacia su observador, se comienza a percibir que algo anda mal, pues sus ojos son de un rojo fuego brillante e intenso, pero lo que definitivamente espanta a los testigos es que de improviso el gato comienza a crecer hasta alcanzar un tamaño mayor que el de un tigre, a la vez que su dulce maullido se convierte en un aterrador gruñido mientras mira fijamente con oscuras intenciones a su observador.

Si a esto le añadimos que invariablemente el animal comienza a avanzar con una tremenda velocidad hacia quien lo observa, para justo cuando llega a su altura desaparecer de improviso como en una explosión, mientras el horrorizado testigo no ha podido más que asistir a la escena paralizado, se comprende que la gran mayoría de testigos salieran despavoridos del lugar del encuentro en cuanto volvieron a tener el dominio de su cuerpo y el nerviosismo que mostraban a la hora de dar cuenta de lo que habían vivido.

De hecho, Demon Cat ha sido protagonista en alguna ocasión de incidentes armados. Así ocurrió por ejemplo cuando, tanto en 1862 como en 1898 en dos casos parecidos, unos guardias del edificio del Capitolio abrieron fuego contra él cuando se lo encontraron en los pasillos de los sótanos del complejo, aunque el gato en ambas ocasiones simplemente se desvaneció sin resultar aparentemente afectado por los disparos y los hombres no encontraron más que las huellas de los impactos en una sala vacía. Se informó incluso que uno de los guardias presentes en 1898 sufrió una crisis de ansiedad que llegó unos días después a producirle un infarto a consecuencia del que falleció.Túnel conexión Capitolio-C.Representantes

Mucho más tarde, una noche de Enero de 1970, otro guardia, esta vez en la Casa Blanca, se vio sorprendido por la criatura que siguiendo las pautas de anteriores ocasiones fue haciéndose más y más grande a medida que se acercaba hacia la linterna del asustado hombre, que horrorizado por la aparición tan sólo fue capaz de protegerse la cabeza con los brazos y cerrar los ojos rezando esperando lo inevitable. Mas en esta ocasión, cuando el guardia ya se daba por perdido, el gato se esfumó en la nada de tal forma que cuando el hombre abrió poco a poco los ojos tan sólo vio ya el pasillo vacío.

Sobre las apariciones hay muchos puntos oscuros, pues desde el inicio de las mismas hace tantos años hasta la actualidad, la posición oficial ha sido siempre la de tejer un tupido velo de oscurantismo sobre el particular y sólo el boca a boca extraoficial ha sido el que ha hecho circular las historias. Hay que tener en cuenta que los hechos han sucedido siempre en ubicaciones que son estratégicas y de alta seguridad para el País y que además muchos de los testigos a lo largo de las épocas han sido personas de alta capacitación y preparadas para desempeñar sus labores precisamente en esos entornos, por lo que se entiende que desde el punto de vista oficial sea siempre más cómodo asegurar que nunca pasa nada y evitarse muchísimas preguntas y explicaciones comprometedoras. Eso produce de rebote que en general todo el mundo sea muy reacio a hablar del tema.

También resulta perturbador que tampoco haya sido nunca registrado por cámaras o sensores de seguridad, lo que para unos indica que tal vez no haya tal gato, pero para muchos refuerza el carácter paranormal de las apariciones, aparte de que la mayoría de la gente piensa también que de haberse producido algún contacto tecnológico de ese tipo, las autoridades no lo harían público en la línea de lo que comentaba en el párrafo anterior.

Interpretación Demon CatPero hay otra característica adicional del Demon Cat que lo hace aún más extraordinario. Se trata de su habilidad para aparecer en momentos críticos o dramáticos para el país, lo que ha llevado a que se le considere como una especie de mensajero o profeta de momentos claves.

El comentario anterior viene justificado por el hecho de que cuando se ha tratado de recopilar los datos de las posibles apariciones del gato demonio, se ha visto la increíble correlación con acontecimientos funestos para los norteamericanos.

Así por ejemplo, Demon Cat fue visto la víspera del asesinato de Abraham Lincoln, de la muerte de Franklin Delano Roosevelt, del asesinato de John Fitzgerald Kennedy o del intento de asesinato de Ronald Reagan, pero también la víspera del inicio del crack de 1929, del ataque a Pearl Harbor, de la llegada del huracán Katrina a Nueva Orleans e incluso hay un relato de una testigo que lo vio el 10 se Septiembre de 2001 (no hay que recordar qué ocurrió al día siguiente).

A partir de estos datos, hay muchos otros aspectos complementarios como por ejemplo los comentarios que incluyen entre los testigos a un número indeterminado de Presidentes de los Estados Unidos (se dice que podrían ser al menos 3) o aquellos rumores de que al menos otros dos procedieron a realizar exorcismos en las principales zonas de observación de Demon Cat, si bien precisar la identidad de todos estos Presidentes resulta extremadamente confuso.

Por otra parte no faltan las personas que piensan que en realidad el gato intenta prevenir a la nación sobre los acontecimientos funestos y que por ello más que ocultar las apariciones o tachar de locos a los testigos habría que prestarles la oportuna atención para tal vez poder evitar el desastre la próxima vez.

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