Charlton House

Se ubica en el londinense distrito de Greenwich, concretamente en Charlton Road y se le conoce como Charlton House.

Construido durante el reinado de Jacobo I de Inglaterra (1603-1625), fue levantado entre los años 1607 y 1612, estando considerado como el edificio de estilo Jacobino mejor conservado actualmente en la zona de Londres.

Ni que decir tiene que desde entonces ha sido la residencia de numerosos propietarios, la mayoría de la nobleza inglesa, hasta llegar a su situación actual en la que se ha convertido en una edificación multiusos que se alquila para todo tipo de eventos y celebraciones.

Sin entrar a valorar los datos puramente históricos, arquitectónicos o simplemente estéticos de Charlton House, lo cierto es que, como muchos de estos edificios singulares esparcidos por el Reino Unido, también aquí encontramos una larga tradición de hechos y sucesos misteriosos.

Durante las últimas décadas del siglo XX, hubo no pocos informes de personas que sufrieron diversos fenómenos de tipo Poltergeist como ruidos extraños u objetos moviéndose sin que nadie los toque.

Por esos años, la famosa y prestigiosa “Sociedad Para la Investigación Psíquica”, inglesa (SPR, Society for Psychical Research, en inglés), junto con la “Sociedad para el Estudio Científico de Fenómenos Anómalos” (ASSAP, en inglés), realizaron dos estudios conjuntos en 1995 y 1999.

Esas intervenciones en concreto fueron conocidas en el país porque ambas arrojaron dos momentos ciertamente inquietantes.

En 1995, el punto culminante se produjo una noche cuando tras escucharse nítidamente una sirena de policía (de una inexistente patrulla) y a continuación una extraña explosión, los investigadores que acudieron al supuesto origen en la conocida como Gran Galería, encontraron en su mismo centro, lo que había sido una tetera azul y blanca rota en siete pedazos, los cuales estaban dispuestos en un círculo perfecto.

Posteriormente, en 1999, se produjo otro hecho desconcertante cuando un hongo de madera decorativo salió disparado por los aires más de tres metros mientras toda la sala retumbaba con una explosión de origen desconocido.

Sin embargo, lo más conocido por el gran público son sus supuestos fantasmas. Hay especialmente dos que al parecer se niegan a dejar de vagar por las estancias de la edificación.

El más famoso fue además uno de los propietarios de la mansión durante los últimos años del siglo XVII y hasta su muerte en 1715. Se trata de Sir William Langhorne, quien según se dice, tras casarse ya a los 84 años con una de sus doncellas de 17 y morir poco después sin hijos, no ha dejado de buscar desde el más allá una nueva doncella con quien conseguir ese heredero.

De hecho podríamos decir que se trata de un fantasma ciertamente libidinoso, pues sus principales manifestaciones se traducen en aperturas misteriosas de las puertas de las estancias donde pernoctan o se hallan jóvenes mujeres, preferiblemente sin compañía masculina y también en misteriosos pellizcos que las jóvenes de buen ver sufren en sus posaderas sin haber nadie presente.

Otro fantasma conocido y esta vez más espeluznante es el de una etérea mujer vestida totalmente de oscuro que aparece de improviso, portando entre sus brazos un pequeño paquete en el que según la leyenda lleva a su bebé muerto. Se la conoce en el lugar como La Dama Gris.

Pero lo que más nos concierne es que entre esas apariciones conocidas también existe una, o unas mejor dicho, de origen animal.

Según cuenta la historia, hubo una época en la que en un ala de la mansión se habilitó un criadero de conejos, en el que muchos animales vivieron y por supuesto fueron también sacrificados.

Pues bien, por extraño que parezca, son múltiples los testimonios que hablan de haber observado en diversas estancias y galerías, uno o varios conejos nebulosos que aparecen y desaparecen con la misma velocidad y siempre se muestran inalcanzables.

Obviamente, aquel criadero dejó de funcionar hace mucho más de dos siglos y tantas obras y reformas como se han hecho, especialmente las que en estos últimos años acondicionaron la mansión para su uso moderno, no han reflejado el más mínimo indicio de que puedan existir colonias de posibles descendientes de aquellos conejos del criadero, ocultos en alguna zona inaccesible del edificio.

No obstante, los conejos fantasmales son una de las “atracciones” misteriosas de Charlton House, siendo un gran reclamo para los visitantes que en muchas ocasiones llevan la esperanza en la cabeza de tener un encuentro con los simpáticos lagomorfos, desde luego mucho menos inquietantes a priori que la aterradora Mujer de Gris.

Incluso, los gestores de la finca aprovechan todos estos fenómenos publicitariamente organizando por ejemplo fiestas de Halloween, como se puede ver en el cartel anunciador de una de ellas junto a estas líneas.