Mapa Texas.Los inicios del año 1976, fueron bastante movidos en el estado norteamericano de Texas y más en concreto en la región del valle del Río Grande del Sur. En efecto, en los primeros meses del año, con una destacada incidencia del mes de Enero particularmente, se sucedieron una serie de encuentros extraños que fueron muy comentados y discutidos en la época.

Al parecer, si nos fijamos en los diversos testimonios, gentes que no se conocían de nada y en localizaciones diferentes, aunque tampoco demasiado lejanas, habían sido testigos de la aparición de un misterioso ser volador que les llegó a aterrorizar.

Se creó pronto una sensación de miedo general tan acusada que hizo que no sólo los medios locales sino incluso los de cobertura nacional se interesaran por el asunto. Como anécdota se puede citar que hasta el presentador estrella de la televisión, el famoso Johnny Carson, llegó a hablar y citar varias veces el asunto en su no menos famoso programa de referencia “The Tonight Show”.

La criatura además fue rápidamente bautizada como “Big Bird”, con lo que se dio un impacto mediático definitivo al tema quedando ya con ese nombre identificativo, aunque no se supiera a ciencia cierta qué tipo de animal o ser pudiera ser el responsable de la situación.

Haciendo una descripción general en base a las informaciones de los testigos sí parece que era de tonalidades oscuras, casi negras, grande, como de metro y medio de altura, contaba con alas y de gran envergadura, que se llegó a estimar en superior a los 10 metros y al parecer resaltaban también sus grandes ojos, mientras que en algunos casos su rostro ha sido descrito como el de un gorila o directamente el de un monstruo, más que como el de un ave.

Si recogemos los principales testimonios, ya el 1 de Enero encontraríamos algo, pues ese día la niña de 11 años Tracey Lawson y su prima de 14 Jackie Davies se encontraban jugando en el patio trasero de la casa de la primera en Harlingen, Texas. En un momento dado se fijaron en una extraña criatura que estaba de pie en un campo cercano cerca de un canal de riego, a poco menos de 100 metros de allí.

Mapa Texas. Zonal.A primera vista las pareció algo como un enorme animal con aspecto de ave, pero como no lo llegaban a distinguir bien, Tracey entró en su casa para coger los prismáticos de su padre. Cuando regresó se quedó atónita al observar con detalle lo que para ella ya no era un pájaro sino un monstruo que le devolvía la mirada.

Intentaron avisar a sus padres, pero cuando salieron de nuevo al patio ya no había nada. Éstos en un principio no creyeron su historia considerándola una broma, hay que tener en cuenta que en ese momento todavía no se había producido la ola de avistamientos posterior. Más tarde sí darían crédito al avistamiento de las chicas.

Pero la cosa no había hecho más que empezar, puesto que al día siguiente, 2 de Enero, otro residente de Harlingen, el señor Tom Waldon, dijo haber encontrado en su jardín unas extrañas huellas de tres dedos como dejadas por algún ave, pero de un tamaño inusualmente grande al sobrepasar los 20 centímetros de largo.

Unos días después, en las primeras horas del 7 de Enero, tuvo lugar un avistamiento más directo y protagonizado además por una patrulla de policía de la localidad de San Benito, unos Kilómetros al Sur de Harlingen.

Los patrulleros circulaban con su vehículo por la carretera estando próximo ya el amanecer cuando los faros iluminaron algo en la distancia.

Arturo Padilla, el primero de los policías, describió a la criatura como algo similar a un gran pájaro que se encontraba a poco más de un metro del suelo, pero con un tamaño descomunal, pues calculó que tendría no menos de 4 metros de envergadura, mientras que su compañero, Homer Galván, describió cómo se deslizaba por el aire y su color marcadamente oscuro. Ambos coincidieron en que parecía tener la cabeza calva de manera similar a un buitre, aunque estaban seguros de que no era uno.

Pero lo que más les asustó fueron sus ojos grandes y de un encendido color rojo enmarcados en un rostro que por lo que pudieron entrever parecía tener más bien facciones simiescas.

No pudieron hacer intento de perseguirle puesto que se perdió en la vegetación cercana por donde su coche no podía transitar.

Y al final de ese mismo día 7 ya por la noche y un poco más al Sur en la localidad de Brownsville, un residente de nombre Alverico Guajardo, fue sorprendido también por la criatura en vuelo a la que describió como algo similar a un murciélago gigante que no era de este mundo.

Big Bird. Reccreación.Siguiendo con aquel ajetreado mes de Enero, llegamos al día 14, cuando tuvo lugar quizá el encuentro más terrorífico hasta ese momento. Debemos ir en esta ocasión hacia el Norte para llegar a la localidad de Raymondville. Allí uno de sus residentes, el señor Armando Grimaldo, paseaba cerca de su propia casa cuando oyó súbitamente un ruidoso aleteo a su espalda acompañado de un extraño silbido.

Apenas empezaba a darse la vuelta desconcertado para ver la causa, cuando sintió cómo un par de grandes garras le golpeaban a la altura de los hombros llegando a tirarle al suelo y desgarrándole por completo la camisa. A pesar de su terror el hombre consiguió rehacerse y corrió bajo unos árboles cercanos buscando refugio. Desde ahí alcanzó a ver como el ser le sobrevolaba un par de veces y luego decidió marcharse.

Respondiendo a los gritos de socorro de Armando, algunos vecinos salieron a su encuentro afirmando posteriormente que lo encontraron en su jardín trasero acurrucado y temblando con la camisa destrozada.

El asustado hombre describiría posteriormente a su atacante como una especie de enorme murciélago pero con cara de gorila.

Otro nuevo avistamiento tuvo lugar el 24 de Febrero de 1976, cuando tres profesores de San Antonio que se encontraban cerca de Harlingen afirmaron haber visto a la esquiva criatura, pero esta vez según sus observaciones y sus conocimientos creían que el animal podría pertenecer más bien a alguna especie de pterosaurio o similar, orden de animales prehistóricos extintos.

Pterosaurio.Los pterosaurios eran un orden de reptiles voladores que se asume se extinguieron junto con los dinosaurios hace 65 millones de años. Fueron los primeros vertebrados realmente voladores y tenían las alas formadas por una membrana de piel que se extendía a lo largo del brazo, hasta la punta de lo que sería su dedo anular de una manera similar a los actuales murciélagos. Es curioso reseñar que los restos fósiles del mayor pterosaurio volador conocido hasta la fecha, el “Quetzalcoatlus”, fueron descubiertos por primera vez precisamente en el Parque Nacional Big Bend, en Texas, no demasiado lejos de las localidades que han sido citadas.

Entretanto los informes continuaron multiplicándose en los primeros meses de 1976 y una emisora de radio local no tardó en ofrecer la primera recompensa por la captura del ser, que establecieron en 1.000 $.

Hubo incluso algún testigo que declaró haber llegado a encontrarse con el Big Bird no una, sino varias veces. Es el caso de Alex Resendez, quien afirmó haberlo visto hasta en tres ocasiones.

Sus dos primeros avistamientos tuvieron lugar en las afueras de Brownsville y fueron observaciones fugaces pero que le permitieron no obstante darse cuenta de que había visto algo inusual. Sin embargo en la tercera ocasión pudo ver al animal con más claridad a plena luz del día, cerca de su propia casa en una zona rural de las proximidades.

Resendez manifestó que lo vio posarse en tierra no muy lejos en un prado cercano. Dijo que era muy grande con unos extraños ojos rojizos y como vidriosos y un todavía más extraño pico que al parecer aparecía a la vista casi transparente de tal forma, según sus propias palabras, que si no te fijabas bien podía pensarse que no existía. Comentó igualmente que su color era marrón oscuro, teniendo las patas cortas, es decir que no era una zancuda y a pesar de ser hombre de campo no fue capaz de identificar al animal, ni siquiera por similitud, con ningún otro de los que estaba habituado a encontrar.

Se intentó acercar más pero parece ser que en ese momento un toro del rebaño que pastaba por allí asustó al ser que levantó el vuelo, daño a Resendez la ocasión de contemplar también sus grandes alas que según él daban la impresión de tener unas listas azules y blancas.

Jabirú Americano.Coincidió también que en esa época y zona fue capturado un ejemplar de jabirú americano (Jabiru Mycteria), un ave de la familia de las cicónidas, las cigüeñas, que habita en Sudamérica y no se ve en la zona de Texas por lo que seguramente debió haber llegado hasta allí despistado o perdido en alguna migración.

Es esta un ave de gran porte que puede llegar al metro y medio y con un gran pico, por lo que rápidamente se pensó que podía ser el culpable de algunas de las observaciones, obviando su color predominantemente blanco y que aun teniendo una envergadura considerable no llega ni de lejos a los tamaños descritos por los testigos, por no hablar de los casos en los que se hablaba de facciones simiescas u ojos rojos.

Gran Garza Azul.Algo parecido sucedió con la gran garza azul (Ardea Herodias), ave esta vez que se ve con frecuencia por la zona y que también fue considerada responsable de los avistamientos, aunque tampoco era muy factible si observamos bien al animal y las descripciones de los testigos.

Pero eran tantas las ganas de encontrar un culpable, que viendo el cariz que tomaban las cosas, el Departamento Nacional de Parques y Vida Silvestre de Estados Unidos se vio obligado a emitir varios comunicados previniendo a los cazadores y buscadores varios recordándoles que en la zona habitaban varias especies de alto valor ecológico y protegidas por las leyes federales y estatales, en un intento de evitar que se produjera un devastador disparar primero y preguntar después entre la fauna de la zona.

Aunque por supuesto, entre los que llegaron a tener encuentros directos con la criatura no había lugar a pensar que todo había sido producido por la fauna habitual de la región o por algún visitante ocasional, como el jabirú, pero identificable.

Y aunque tampoco llegaría a haber una unanimidad completa en cuanto a las descripciones de los testigos, pues al final había algunas variaciones como en la forma del rostro, la verdad es que no se llegó a identificar en modo alguno cuál podría haber sido la especie que tanto revuelo había provocado, si es que era una que se hubiera llegado a catalogar en alguna ocasión.

La verdad es que tras ese punto álgido en aquellas fechas, los avistamientos se diría que desaparecieron, lo que ahondó todavía el aspecto misterioso y excepcional de la serie de incidentes.

Se intentaron dar muchas explicaciones incluyendo que pudieran haber sido en realidad seres de otros mundos en una expedición puntual de exploración. Es curioso resaltar un detalle que no he encontrado si fue reflejado en aquella época, pero me llamó la atención cuando conocí estas historias tiempo atrás y es que si nos fijamos en las localidades donde se produjeron más incidentes y que recuerdo están marcadas en el mapa de la zona que aparece en esta entrada, veremos que están alineadas con el trayecto de una carretera, la 69E.

Según la teoría de los visitantes que mencionaba, la verdad es que seguir una carretera podría ser un muy buen indicador para tomar como referencia en la exploración de una zona determinada. Es un simple detalle pero desde mi punto de vista, curioso.

También hubo quienes relacionaron al Big Bird con el legendario “Thunderbird”, el pájaro de trueno, de los indios nativos americanos, que bien visto presentaría evidentes similitudes con el primero.

Por parecida asociación de ideas se le llegó a relacionar así mismo con el famoso “Mothman”, el hombre polilla, de los alrededores de Point Pleasant, en Virginia, aunque este último presentaba unas características fisonómicas mucho más humanas.

Libro.Otro detalle que me pareció curioso al igual que el de la carretera y que tampoco logré averiguar si se mencionó entonces, fue que durante el mes de Enero de 1976, tuvieron lugar en el estado de Texas si bien no en las proximidades, una serie de temblores de tierra, que aunque nunca llegaron a sobrepasar el grado 4 en la escala de Ritcher, quien sabe si pudieron haber atraído en alguna forma a la criatura. En concreto tuvieron lugar el 19 de Enero (3,5), el 22 (2,8) y el 25 (3,9), en la zona de Odessa, como digo algo alejada a la de las observaciones, si bien dentro del mismo Texas.

Sea como fuere lo cierto es que el misterio ha envuelto desde entonces toda esta serie de incidentes y han sido muchos los que han estudiado el tema, como por ejemplo el criptozoólogo nortemericano Ken Gerdhard, nacido en 1967 precisamente en San Antonio, Texas, muy cerca de la zona caliente en el pasado y que escribió un libro en 2007, “Big Bird!”, que recopilaba la información sobre aquellos misteriosos incidentes.

Pero en cualquier caso y sea como fuere, la verdad es que a día de hoy todo lo ocurrido en aquellas fechas sigue envuelto en el misterio y fascinando a los investigadores y curiosos con la misma fuerza que antaño.

 

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