Asustaron al perro
Ya sabemos de sobra que nuestros amigos animales y más concretamente nuestras queridas mascotas, en especial por número, perros y gatos, han mostrado tener en muchas ocasiones capacidades de percepción que parecen escapar a nuestro entendimiento.
Otro caso particular de ese estilo, tuvo lugar hace algo más de un año ante la sorpresa e inquietud habitual de sus protagonistas, humanos y peludos.
Esta vez los testigos de la experiencia fueron una pareja y una simpática perrita, que tuvieron un inesperado encuentro con el misterio.
Victoria Hepworth y Joe Shard, son una pareja de mediana edad que llevan unos 7 años juntos y viven en la localidad de Preston, capital de la inglesa comarca de Lancashire.
La población, tuvo un marcado desarrollo industrial y por eso una gran parte de su población procedía de los trabajadores de las fábricas de la zona, a la vez que se extendieron las grandes casas adosadas de los mandos y directivos.
Precisamente hace dos años, la pareja se mudó a una nueva casa ubicada en un antiguo edificio de unos 130 años de antigüedad, que fue en su día una fábrica de algodón.
En septiembre de 2023, tuvieron que quedarse unos días con la perra de la hermana de ella, de nombre Kiwi y con poco más de un año de edad entonces. Aunque el animal ya los conocía de sobra, decidieron poner una cámara de vigilancia con sensor de movimiento para poder monitorizar al animal de noche, por si hubiera algún problema.
Precisamente cuando revisaron las imágenes de la primera noche del 21 de septiembre, pues les pareció que la perra había estado algo agitada y se había quejado, descubrieron algo inusual y sumamente inquietante.
Hay que comentar en este punto, que la cámara que instalaron no estaba grabando en modo continuo si no que al detectar algún movimiento tomaba una imagen.
Y sí, la cámara había sacado varias de la perra en movimiento y desde luego sin dormir apaciblemente, como si notara que algo no andaba bien.
Pero desde luego, la imagen que estaba etiquetada como obtenida a las 06:38 de la mañana, fue la que los aterrorizó.
En ella se podía ver un ser blanquecino de aspecto humano y que parecía desplazarse flotando en el aire al compás del animal. Es la imagen central de la entrada.
Ambos quedaron sumamente impactados, y no sabían qué pensar. En noches posteriores no volvieron a obtener imágenes como esa y además la perra pareció irse tranquilizando. Pensaron que el animal, de carácter amigable, o bien ya no detectaba nada extraño o se había acostumbrado a ello y no lo consideraba amenazante.
Esto en cierta medida los tranquilizó a ellos también, aunque no dejaban de preguntarse qué era lo que había captado su cámara.
Recordaron además un curioso incidente ocurrido justo el día en que se mudaban a esa casa. La hermana de Victoria había ido a echarles una mano y llevaba a Kiwi, entonces una cachorrilla y a su hijo de dos años.
En un momento dado, para coger una caja, dejó a ambos en la escalerita de entrada a la casa y justo en ese momento ambos se pusieron a llorar de forma desconsolada y aparentemente sin motivo alguno. Solo se calmaron cuando ella los quitó de ahí. Ese día, perrita y niño, no llegaron ni a entrar en la casa.
Victoria también ha estado investigando sobre la historia de su casa, pero sin obtener grandes resultados, al menos referidos a cualquier tipo de suceso extraño, no obstante ella gusta bromear con que vive en una casa encantada.
A pesar de todo, dicen no sentir ningún rechazo ni prevención especial hacia su casa y siguen haciendo su vida normal sin haber experimentado ningún otro contratiempo misterioso. Incluso Kiwi ha estado más veces de visita sin haber revelado ya comportamientos inesperados.
Escribir comentario