Alojamiento en Arizona
Prescott es una localidad de unos 40.000 habitantes situada en el centro del estado de Arizona y que no es desconocida para el turismo por estar cerca de zonas naturales bastante visitadas como los lagos “Willow” o “Lynx”.
Si estamos de visita por allí, necesitaremos un alojamiento y si nos acercamos hasta el 230 de la S Cortez Street, encontraremos uno que además cuenta entre sus muros con una más que interesante historia. Me estoy refiriendo al hotel “Vendome”.
Este edificio fue construido originalmente como una vivienda residencial en 1917, pero pronto fue redefinido como hotel. En 1920, un joven matrimonio, los señores Byr, lo compraron sin saber sin duda que se convertirían en los más conocidos propietarios de todos lo que ha tenido el hotel hasta la actualidad.
El negocio les fue bien en principio, pero una mala racha hizo que ya en 1921 acumularan unas fuertes deudas de impuestos que les obligaron a tener que vender prematuramente el hotel.
Los nuevos propietarios resultaron ser personas amables y habida cuenta de la situación de la pareja les permitieron quedarse en una habitación mientras pudieran resolver sus problemas económicos.
Abby Byr, la esposa, que ya había tenido síntomas previos, recayó de sus problemas respiratorios producidos por una tuberculosis incipiente y eso les complicó todavía más las cosas.
Pero la gota que colmó el vaso llegó una noche en la que Mr. Byr salió a por más medicamentos para Abby, pero nunca volvió y la abandonó. Tras su fuga, Abby empeoró notablemente. Se da la circunstancia, que no podía faltar estando en MISTERIO ANIMAL, de que en estos momentos cobró protagonismo un tercer personaje en esta historia. Abby era amante de los animales y tenía un gato llamado “Noble” con el que había llegado a tener una relación muy estrecha.
Cuando la mujer tiempo atrás había comenzado de nuevo a sentirse mal, su marido le llevó un gato perdido de color anaranjado que de inmediato mostró un cariñó especial hacia Abby. El animal no se separaba de ella incluso los días que ella estaba un poco peor y ni siquiera le daba ella misma de comer, pero aún así el gato permanecía a su lado. Parece ser que eso un día motivó que su marido dijera “muy noble por su parte”, refiriéndose al comportamiento del gato. De ese modo, el minino fue bautizado como Noble.
Había comentado que la mujer, tras la huida de su marido, empeoró notablemente. Será ahora cuando Abby y Noble comiencen a convertirse en leyenda, pues lo curioso es que algo similar comenzó a suceder con su gato que hasta entonces no había tenido problemas de salud.
De hecho, ambos acabaron negándose a comer en absoluto así como a abandonar la habitación a pesar de la insistencia de los nuevos dueños del hotel y ya amigos, que hicieron todo lo posible por ayudarles y sacarles de su estado de abatimiento.
Finalmente Abby y Noble acabaron muriendo de hambre y desfallecimiento en la habitación que ocupaban, la número 16, que pasaría a partir de entonces a ser la más famosa del hotel.
Y esa fama que ha atesorado la mencionada habitación 16, podríamos decir que se la ha ganado a pulso hasta el presente.
Al poco de haberse producido las muertes y tras un discreto período de respeto, la habitación fue puesta a disposición de los huéspedes de nuevo. No tardaron los dueños en ser los receptores de comentarios nada tranquilizadores de los huéspedes de su hotel y particularmente de quienes iban alojándose en esa habitación en concreto.
Ruidos, susurros, objetos que caían al suelo, maullidos…Fenómenos diversos que comenzaron a dejar de parecer una mera curiosidad a medida que los testimonios iban aumentando de número y aunque había observaciones referidas a casi todo el hotel, la palma se la llevaba la habitación 16.
Ya en la década de 1930, había testimonios no sólo de ruidos sino de observaciones fantasmales, en concreto de una mujer de aspecto triste y que cada vez en más ocasiones aparecía acompañada de un gato igual de fantasmal. Para entonces ya estaba claro también que el epicentro de los fenómenos se encontraba en la habitación 16 y la causa estaba personalizada en los espectros de Abby y Noble que se mantenían en el lugar a la espera del regreso del marido.
En las décadas posteriores siguieron produciéndose observaciones y fenómenos extraños y el hotel era conocido ya a nivel nacional entre los aficionados y estudiosos de lo Desconocido. También el propio personal de limpieza del hotel relató problemas sucedidos en la habitación 16 como el televisor o las luces encendiéndose solos u objetos que aparecían de un día para otro en diferentes ubicaciones.
En la medida también que la técnica fue evolucionando y se pudo disponer de nuevos aparatos, comenzaron a realizarse diversos estudios in situ con objeto de esclarecer las causas de la fenomenología observada, sin que a fecha de hoy se hayan obtenido resultados inequívocamente determinantes a favor de la autenticidad de todos los hechos observados, pero tampoco de su falsedad, por lo que el misterio sigue ahí, habida cuenta de que aún en la actualidad hay huéspedes que aseguran haberse topado con la mujer o su gato, por ejemplo una chica de vacaciones con su novio habló en la primavera de 2012, de haberla visto a ella con el gato en brazos justo frente a la puerta de la habitación 16.
Se han producido además varias observaciones de Abby con Noble en las que los testigos han coincidido en relatar que cuando vieron sus figuras, estas aparecieron comiendo y bebiendo, lo que constituye además algo sumamente inusual dentro de las observaciones fantasmagóricas.
Mientras tanto el hotel fue cambiando varias ocasiones de propietarios, pero todos ellos lejos de echar tierra sobre el asunto, potenciaron el conocimiento de la historia en la idea de que podría atraer más clientes, como en general ha ido sucediendo pues el hotel se ha ido manteniendo a flote.
Incluso llegó a instaurarse de facto hace ya años una más que curiosa costumbre que aún se mantiene, consistente en que los nuevos huéspedes, sobre todo si su destino es la habitación 16, lleguen al hotel con algún obsequio para Abby y Noble, como muestra de buena voluntad y para transmitir los mejores deseos de los que llegan esperando así contar con la consideración de la pareja. Tal es así que todo el hotel está lleno de figuritas gatunas, adornos y otros regalos de todo tipo expuestos por las diversas estancias, que los huéspedes han ido llevando a lo largo de los años, para los fantasmales inquilinos del hotel.
Es curioso también que incluso existe una cuenta de Twitter identificada como la propia Abby Byr (@AbbyByr), que comienza señalando en la cabecera literalmente “En 1921, morí de tuberculosis y hambre en la habitación 16 del hotel Vendome en Prescott Arizona. Mi gato, Noble, y yo hemos vivido allí desde entonces”. Los twitts están redactados como si fuera la misma Abby la que los escribe y dados sus contenidos es más que probable que sea una cuenta del propio hotel, pero no deja de ser indicativo del peso que ha llegado a tener la historia de los malogrados Abby y Noble.
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