Uno de los problemas de las zonas con riqueza arqueológica es sin duda la aparición de saqueadores que esquilman aquello que encuentran para ofrecerlo al mejor postor.

Pero además de llevarse lo que consigan encontrar, en no pocas ocasiones degradan o incluso destruyen el entorno de tal manera que hacen imposible realizar tareas de investigación arqueológica posteriores

Por ello, el perjuicio que causan a la comunidad es grande y los responsables de todas las zonas sensibles tienen como prioridad intentar combatir y prevenir esos expolios. Leer la entrada completa