Seguro que todos habéis oído hablar de aquel dicho popular que dice lo de “Correr como pollo sin cabeza”.

Al igual que tantos dichos y refranes populares, este también tiene su origen en hechos ciertos, pues como en más de una ocasión han podido atestiguar a lo largo de la historia muchos granjeros cuando mataban algún pollo para alimentarse, en determinadas ocasiones algo así sucede.

En efecto, en el momento en el que se corta la cabeza al pollo para matarlo obviamente la decapitación desconecta el cerebro del resto del cuerpo, pero sin embargo, durante un mínimo período, los circuitos neuronales de la médula espinal contienen todavía algo de oxígeno residual, lo que puede producir que sigan funcionando de forma espontánea. Leer la entrada completa